domingo, 23 de octubre de 2016

BADAJOZ EN UNA MAÑANA

Nos levantamos temprano y poco antes de las ocho ya estábamos desayunando en el comedor del hotel prácticamente solos. Aprovechamos también para tomar un pequeño picnic de fiambre y pan para pasar la mañana por si el apetito hacía acto de aparición antes de sentarnos a comer a mediodía. Cogimos el coche, planificamos el GPS con la ruta a seguir y tomamos la EX100 para recorrer los noventa y cinco kilómetros que separan Cáceres de Badajoz, ciudad a la que íbamos a girar una visita que nos llevaría toda la mañana. Dado el poco tráfico que nos encontramos, así como las largas rectas de la carretera que facilitaban una cómoda conducción, llegamos a Badajoz en torno a las diez y media. Nos dirigimos directamente al aparcamiento público situado en la plaza de San Antón o de Minayo donde aparcamos con facilidad, dada la escasez de vehículos que allí se encontraban a esa hora del domingo. La plaza está presidida por una ESTATUA DEL GENERAL MENACHO, el cual, en la Guerra de la Independencia, luchó a las órdenes de Castaños, con el que ascendió a coronel en Bailén, y pasó después al ejército de Extremadura. Nombrado gobernador militar de Badajoz, organizó la defensa de la ciudad contra el asedio de los franceses. Estando en la muralla, inspeccionando la defensa, recibió una descarga de artillería, cuya metralla le hirió gravemente, lo que a la postre causaría su muerte el 4 de marzo de 1811. Sus restos descansan en la catedral pacense. En otra plaza aledaña, la plaza de Menacho, nos encontramos con la ESTATUA DE JOSÉ MORENO NIETO, académico arabista y político pacense del siglo XIX, frente al TEATRO LÓPEZ DE AYALA, en honor al que fuera presidente del Congreso en 1878.


Tras las correspondientes fotos, enfilamos la calle Obispo Juan de Ribera para dirigirnos a la Plaza de España y visitar la catedral de San Juan Bautista así como contemplar otros edificios de la mencionada plaza, incluido el Ayuntamiento de la ciudad. La plaza de España es un lugar agradable, libre de tráfico, aunque no en su totalidad, con edificios de finales del XIX y principios del XX ciertamente elegantes que generan una visión placentera del espacio abierto que la conforma. Entre otros, destacan la llamada la Casa del Cordón, construida en el siglo XVII y actual sede del Obispado de Badajoz, la Casa Farmacia Camacho, la Casa Álvarez-Buiza o la propia Casa Consistorial. Precisamente, frente al Ayuntamiento se erige una ESTATUA A LUIS DE MORALES, insigne pintor extremeño  de estilo manierista del siglo XVI. Debido a la fama que disfrutó en vida y a la predilección por temas religiosos en sus obras, fue llamado «El divino Morales». Desarrolló su actividad en un relativo aislamiento en Extremadura, si bien sus obras se distribuyeron por toda la Península. En su pintura se observa un alargamiento de las figuras y el uso de la técnica del esfumado leonardesco, lo cual hace pensar en influencias de escuelas pictóricas extranjeras. La CATEDRAL DE SAN JUAN BAUTISTA preside la plaza. Exteriormente, la catedral está construida a modo de fortaleza, para dotarle de seguridad debido a las continuas guerras que padecía la ciudad. Su construcción se inició tras la conquista de Badajoz por el rey Alfonso IX, en el siglo XIII. El edificio está coronado de almenas y tiene una alta torre de planta cuadrangular, con ventanales en el segundo cuerpo. Tiene tres puertas de entrada, la principal es la de San Juan Bautista, está coronada por la imagen del santo. Ninguna de las tres puertas tiene características góticas, ya que fueron remodeladas a lo largo de los siglos. Interiormente tiene planta basilical con tres naves de cinco tramos, crucero y cabecera de tres ábsides. Presenta una cubierta de bóvedas góticas y carece de girola. El interior, para ser una iglesia gótica, es oscuro dada la escasez de vanos al exterior. Presenta una sillería del coro elegante, reducida y coqueta, toda ella realizadas en maderas nobles. Por encima de ella nos encontramos con un órgano que cierra todo el fondo de la sillería. El retablo del altar mayor está fuertemente dorado y está realizado en barro (detalle que ignorábamos). A pesar de que la catedral se encontraba abierta, y pudimos visitar brevemente su interior, aún no estaba abierta al público por lo que rápidamente, una vez finalizada la misa, apagaron todas las luces y nos invitaron amablemente a salir a la calle. Lo más llamativo del interior es la lámpara que se encuentra entre el altar mayor y la sillería del coro, con un total de 102 brazos y un peso de 3.750 kg. Fue traída a esta catedral gracias al esfuerzo de López de Ayala, cuya estatua habíamos visto frente al teatro de su nombre.


Tras la visita nos encaminamos por la calle Virgen de la Soledad hacia los Almacenes La Giralda y la nueva ermita de la patrona de Badajoz, la Virgen de la Soledad. Los antiguos ALMACENES LA GIRALDA se construyeron sobre el solar que anteriormente ocupaba la ERMITA DE LA SOLEDAD, la cual fue trasladada a la acera de enfrente, lugar que ocupa en la actualidad. En la fachada se distinguen dos partes: la planta baja, de uso comercial, decorada con pilastras estriadas rematadas con capiteles jónicos metálicos; y el resto del edificio, claramente historicista regionalista, andaluz, y con elementos neomudéjares, además de contar con una rejería reseñable. La torre es una reproducción reducida de la famosa Giralda de Sevilla, utilizada en este caso como reclamo publicitario de los propios Almacenes La Giralda. A diferencia de la Giralda de Sevilla, ésta está rematada por una escultura de Mercurio, dios romano del comercio. Estos almacenes cesaron su actividad en 1978, permaneciendo abandonados varios años hasta que Telefónica compró el edificio y lo rehabilitó. En 1998, Telefónica dejó de usarlo y desde entonces permanece vacío y sin uso. La ERMITA DE LA SOLEDAD, que da nombre a la plaza, se alza en un nuevo templo, inaugurado en 1935. En el interior de la ermita se conservan dos tallas policromadas de Cristo atado a la columna y Cristo Crucificado. La iglesia está presidida por la imagen de la Virgen de la Soledad que, como ya he comentado anteriormente, es la Patrona de la ciudad. En la misma plaza en que se encuentran estos dos edificios, en uno de sus extremos, destaca la ESTATUA DE PORRINA DE BADAJOZ, cantaor flamenco del siglo pasado nacido en esta ciudad, de pie, con sus características gafas oscuras y con el brazo derecho adelantado está cantando a los acordes de un guitarrista sentado. Muy cerca, cruzando la calle José Lanot, se encuentra la IGLESIA DE SAN AGUSTÍN, perteneciente al antiguo convento de esta orden, instalado en el siglo XV sobre la que fuera parroquia de San Lorenzo. Desde 1843 acoge a la parroquia de Santa María la Real, antes situada en la primitiva catedral. En la portada luce los escudos de la ciudad y del obispo Agustín Antolínez, conservando en el interior la tumba del marqués de Bay y otros ilustres personajes, así como numerosas tallas y pinturas de valor. Volvimos sobre nuestros pasos y enfilamos la suave pendiente de la calle San Pedro de Alcántara, bondad que fue perdiendo poco a poco a medida que nos acercábamos a la antigua muralla árabe que bordea la Alcazaba pacense. Por el camino nos cruzamos con la fachada del MUSEO DE LA CIUDAD, que abrió sus puertas en el año 2001 como un espacio innovador que pretende divulgar la historia, valores patrimonio artístico y cultura del presente, pasado y futuro de la ciudad de Badajoz. El museo se encuentra en la antigua Casa de los Morales, el cual le da nombre al propio museo, que no visitamos, dada la escasez del tiempo del que disponíamos.


Llegamos a la plaza de San José desde donde son visibles las murallas que circundan la ALCAZABA, considerada como el recinto musulmán amurallado más grande de Europa, jalonado por varias torres albarranas, que se situaban en aquellas zonas en que las defensas muradas eran más débiles. Su construcción comenzó a finales del siglo IX, siendo reforzada en los siglos posteriores, principalmente entre los siglos XII y XIII. La parte superior de la muralla y las torres, se comunican en un agradable paseo de ronda al que se accede por escaleras interiores. Nos dirigimos hacia la puerta de acceso al interior del recinto donde destaca por encima de todo su contenido el palacio de los Duques de la Roca, que en la actualidad acoge el MUSEO ARQUEOLÓGICO PROVINCIAL. También es notable la visita de la iglesia de Santa María de Calatrava, construida sobre la antigua mezquita Mayor musulmana. Salimos de la Alcazaba y giramos a la izquierda para dirigirnos a uno de los platos fuertes de la visita, su preciosa PLAZA ALTA, que en los últimos años se ha convertido en uno de los principales atractivos para visitar la capital pacense. Se trata de una plaza rectangular, situada junto a la alcazaba. Sus vivos colores blancos, rojos y negros mezclado con otros materiales pétreos y esgrafiados la hacen única y la convierten en una de las plazas más singulares y originales de las muchas que hemos visitado. No solo fue un lugar de encuentro de los habitantes de la ciudad desde su construcción allá por el siglo XVI, sino que también se utilizó como mercado, como bien indican algunas de las variadas inscripciones que figuran en sus arquerías. Deambulamos bajo las bellas arquerías de la plaza fijándonos en aquellos pequeños detalles que atraían nuestra atención. Salimos de la plaza para ver la bellísima TORRE DE ESPANTAPERROS, la más importante de estas torres, por su tamaño y estilo arquitectónico, de la que se dice que fue utilizada como modelo en la ulterior construcción de la torre del Oro de Sevilla. De planta octogonal, al estilo almohade, presenta tres cuerpos diferenciados: el inferior es macizo, el central comunica con el adarve y está protegido por dos torrecillas, y el superior, de ladrillo, fue añadido en época cristiana para servir como campanario, y envuelve una torrecilla almohade en la que se ven arcos ciegos y entrelazados. Desde aquí iniciamos nuestro camino de vuelta hacia el coche, no sin antes acercarnos a orillas del río Guadiana para contemplar las efectista PUERTA DE PALMAS, quizá el monumento más representativo de la ciudad. Consiste en una puerta dispuesta frente al puente del mismo nombre, flanqueada por dos sólidos torreones cilíndricos coronados de almenas, y rodeados en la parte superior y en la base por sendos cordones decorativos. En una pequeña tienda que había en los alrededores compramos un imán con una fotografía de esta famosa puerta para el frigorífico de casa. Nos encaminamos de vuelta hasta la plaza de Minayo y por el camino nos planteamos la posibilidad de comer en Badajoz o desplazarnos a la cercana ciudad portuguesa de Elvas, hacer una rápida visita a su famoso recinto amurallado y comer en alguno de sus sugerentes restaurantes. Nos decantamos por la segunda opción. Así que abonamos el recibo del aparcamiento y tomamos dirección a la vecina Elvas. Pasaban pocos minutos después de las una de la tarde.


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