jueves, 20 de mayo de 2010

Francia: En Collioure

Otra pequeña ilusión cumplida. Esta era de las más entrañables, de las más queridas. Ante la vista de la tumba de D. Antonio se me agolparon todos esos pequeños poemas que han ido puliendo los muchos ángulos de mi existencia. Su repentino y brusco impacto nada más traspasar la puerta del camposanto, su pronta presencia ante la vista del visitante, calma sobremanera la inquietud del que se adentra en las pequeñas dimensiones de este coqueto cementerio.
Sorprende la continua afluencia de personas de todas las edades, con más recogimiento las de mayor edad y más ruidosas las generaciones jóvenes, pero todas respetuosas con los restos del poeta. Casi todos los presentes dejan algún recuerdo sobre la tumba (por lo general, un guijarro de los muchos que tiene el camposanto).
Una bandera republicana preside la tumba, sobre la cual se esparcen anárquicamente placas escolares, flores y otros objetos de carácter más personal e intimista: unos cigarrillos, una cartera, un trocito de tela.
El rato que estuve frente a la fosa removió en mi interior muchas percepciones que yo ya creía olvidadas. Fue un intercambio muy fructífero. También me vino a la mente el recuerdo de mi amigo Salvador. ¡Descanse en paz, D. Antonio!

lunes, 17 de mayo de 2010

sábado, 15 de mayo de 2010

Málaga: Visitando a 'Don Geraldo' en el Cementerio Inglés

El pasado puente de Mayo hemos estado en la Carihuela. Ha hecho un tiempo sensacional y nos ha permitido pasear tanto por Torremolinos como por Málaga, donde nos desplazamos, en compañía de nuestros amigos holandeses Jacques y Sophie, a visitar el llamado "Cementerio Inglés" y el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de esta Ciudad.
Nos costó aparcar, ya que tuvimos que hacerlo en un parking cercano a la Plaza de la Merced y desde allí, nos fuimos andando en busca de nuestra primera cita.
Tenía ganas de visitar este espacio que recibe el nombre oficial de "Cementerio Anglicano de San Jorge". Se iniciaron sus obras en 1831, y es el cementario más antiguo de la península para cristianos no católicos. La entrada al cementerio es gratuita, aunque piden un donativo voluntario para el mantenimiento del mismo.
Es curioso pero hasta la creación de este cementerio, la muerte de un protestante en España suponía un problema muy serio puesto que no existia previsión para tal eventualidad. En Málaga, según nos contaron, no se podían enterrar de día los cadáveres de los no-católicos: había que llevarlos a la playa de noche, a la luz de las antorchas y eran enterrados de pie en la arena, dejándolos a merced de las olas y los perros.