lunes, 23 de septiembre de 2019

RUBIELOS DE MORA, UN PUEBLO ENCANTADOR


Rubielos de Mora es una pequeña localidad con encanto situada en la
Toro de Soga y Toro Embolao
Comarca de Gúdar-Javalambre, en Teruel. La villa alberga un entramado de callejuelas donde podemos ver varias iglesias, pórticos, pequeñas plazas y numerosas casas solariegas y palacios que un día pertenecieron a nobles de la región y que todavía conservan sus escudos de armas en piedra, balcones elaborados con forja y los aleros de madera tan típicos de Aragón, todo esto le otorgó a Rubielos de Mora el sobrenombre de "Corte de la Sierra". Eran algo menos de las doce de la mañana cuando llegamos a Mora de Rubielos y aparcamos el coche muy cerca del Portal del Carmen, en una explanada donde hacen mercadillo un día a la semana. Ello nos obligó a realizar la visita en el sentido contrario al que teníamos planificada, que no era otra cosa que iniciarla por el Portal de San Antonio y terminarla por el del Carmen. Sin embargo, este pequeño contratiempo no supuso ningún problema.


Portal del Carmen
El PORTAL DEL CARMEN forma parte del recinto amurallado de repoblación, construido hacia 1260. Como el de San Antonio, es una torre-puerta de la que partía uno de los principales ejes urbano de la Villa. Originariamente, era una puerta de sillería con arco apuntado, que podría corresponder al recinto original. En fechas más avanzadas, posiblemente en el siglo XIV, se agregó la torre, trasformando el acceso en torre-puerta. En fechas posteriores, en la planta superior del torreón se instaló una capilla barroca, abierta intramuros, bajo la advocación de la Virgen del Carmen. Tras pasar el portal, nos vimos rodeados de la encantadora plaza, llamada también del Carmen, en la que sobresalían varios edificios. Frente a nosotros se no presentó la CASA LLORET, un palacio neogótico del siglo XVI que hoy en día alberga un hotel con encanto llamado Hotel de la Villa. En el centro de la plaza se encuentra una de las obras del artista local José Golzalvo que está dedicada a una de las fiestas de la localidad, el TORO DE SOGA Y EL TORO EMBOLADO, la primera fiesta data de 1620 y consiste en atar una soga a los cuernos del animal, los
Casa Lloret
mozos del pueblo ataviados con ropa blanca y faja azul manejan al astado por las calles a su antojo, en cambio, la segunda fiesta se celebra por la noche, encienden dos bolas de resina en los cuernos del toro y lo dejan suelto para que corra detrás de la gente. A nuestra izquierda, destaca el Convento de las Carmelitas, construcción del siglo XVII que a lo largo de la historia y desde su abandono en 1835 ha cumplido diversas funciones como taller de hilados, hospital o cuartel para las tropas durante la Guerra Civil. En el convento destaca su claustro y la torre del campanario que puede verse desde varios puntos de la ciudad. Hoy en día en el interior encontramos un restaurante y el MUSEO DE JOSÉ GONZALVO que adquirió y restauró el edificio en el año 1981 y tiene una exposición con varias de sus obras como el busto de Carlos V, el de Manolete y varios óleos de bodegones.
Sus esculturas monumentales están presentes en muchas localidades de Teruel, en Zaragoza, Barcelona, Levante, etc., y sus consejos e implicación personal fueron determinantes en la adjudicación a Rubielos de Mora del Premio Europa Nostra (1983). Seguimos caminando por la Calle José Gonzalvo donde se concentra un gran número de antiguos palacios nobles contruídos entre de los siglos XIV y XVIII. Y así llegamos a la espectacular Plaza Igual y Gil r
Casa de los Leones
odeada en su totalidad por magníficos palacios, a cual más llamativo. Imponente era la vista de la
Casa de los Leones, un antiguo palacete señorial que a lo largo de su historia ha sido ocupada por nobles y personal de la iglesia y que hoy en día acoge un coqueto hotel. En su fachada hay unas piezas de mampostería con forma de olas, no son originales y no están dispuestas aquí para las inclemencias del tiempo: los dueños del alojamiento las instalaron para evitar que los niños jugaran al balón y golpearan la pared. Los leones que dan nombre a la casa se encuentran representados por un bello relieve en la fachada lateral izquierda. Justo enfrente, en el otro extremo de la plaza, se encuentra la CASA VIVÓ, palacio de tres plantas con un precioso alero, donde pudimos contemplar una de las aldabas de puerta más bonitas que hemos visto en nuestros numerosos viajes. Y a unos pocos pasos de la plaza se encuentra la Ex Colegiata de Santa María la Mayor, de estilo renacentista y barroco, construida en
Casa Vivó. Aldaba, llamador
1620 sobre un antiguo arroyo que todavía fluye por debajo de la colegiata. A lo largo de la historia ha sufrido varias restauraciones y ampliaciones. De las múltiples capillas que la conforman destacan la Capilla de la Virgen del Carmen, también conocida popularmente como Capilla de Invierno ya que está calefactada; y la Capilla del Rosario o la Capilla del Salvador donde encontramos la pieza más importante del templo, el Retablo gótico Internacional de 1418, anterior a la construcción de la iglesia y que se cree que pudo construir el maestro de Rubielos Gonzalo Peris. No pudimos visitarla por encontrarse cerrada por obras de restauración.

Excolegiata Sta María la Mayor
Y desde aquí, paseando por callejuelas estrechas y numerosos palacios a ambos lados, no adentramos en la CALLE DE SAN ANTONIO que es una de las arterias principales de Rubielos de Mora. En esta calle, además de nobles y gente adinerada entre los siglos XVI y XIX se instalaron en la localidad numerosos artesanos que tenían su trabajo asegurado con tantas casas y palacios para construir. Para publicitar a qué se dedicaban, tallaban en la puerta algo relacionado con su profesión y así todo el mundo sabía las habilidades de su dueño. Un ejemplo de esta rudimentaria publicidad está en el número 19 de esta calle, aquí vivía un alfarero por lo que podemos ver una especie de botijo o jarra tallado al lado de la puerta de entrada. Otro dato curioso de esta calle lo encontramos en la confluencia con las calles Barberanes y Josefa Villanueva donde se encuentran las llamadas LAS 4 ESQUINAS. En la antigüedad los mozos del pueblo ponían un porrón de vino en medio y cantaban jotas (la más popular está escrita en una placa de cerámica en la pared y decía "Estas son las
Las Cuatro Esquinas
cuatro esquinas y las cuatro son de acero, quiero entrar y no me dejan, quiero salir y no puedo"). Y por eso, para recordar esta tradición, se ha colocado encima de una de las farolas hay una especie de violín pequeñito. Sin embargo, el edificio más importante de esta zona se encuenta en la calle Barberanes y es el PALACIO DE LOS CONDES DE FLORIDA, construido entre los siglos XVII y XVIII, de estilo barroco, que constituye un claro ejemplo de los palacios aragoneses pertenecientes a las familias nobles, destacando sobre todo el precioso alero tallado que corona el edificio. Continuamos por la calle San Antonio y a los pocos metros destaca la figura del Palacio Creixell, que en 1835 sirvió como cuartel para el general Cabrera durante las llamadas Guerras Carlistas. Lo más destacado de este edificio es su sistema de doble aldaba, una estaba situada a la altura de la cabeza y la otra justo encima de la puerta para que los que vinieran con caballo no tuvieran que desmontar para llamar. En la fachada también podemos observar un gran reloj de sol. Y así llegamos a la Plaza Mayor, también llamada del Sol, donde en uno de sus laterales destaca la Casa Consistorial
. El edificio forma parte del
Ayuntamiento
interesante conjunto arquitectónico que conforma la plaza, junto a otros importantes edificios como el palacio de los Villasegura, el de los Creixell o la fuente de la Morica. Este Ayuntamiento presenta una estructura espacial distinta de la del resto de ayuntamientos turolenses del siglo XVI, constituyendo una excepción tipológica, ya que se construyó en dos fases. Presenta una planta rectangular y fábrica de mampostería, reservando la piedra sillar labrada para las esquinas, la fachada principal y los encuadres de puertas y ventanas. La fachada principal muestra, horizontalmente, dos plantas superpuestas en altura.
En el siglo XVI la planta baja se utilizaba como mercado de invierno. De aquella época hoy en día tan sólo se conserva la distribución del edificio, el patio con arcos de medio punto, la escalera de 1630 que da acceso a la planta noble y la prisión. La cárcel no era la típica en la que se encerraba a los presos privados de libertad y sin ver la luz del día, la de Rubielos de Mora estaba diseñada con el fin de exponer a los encarcelados para su humillación frente al resto de ciudadanos.
Palacio Villasegura
Y enfrente de la Casa Consistorial se alza la larga fachada del Palacio Villasegura, que es uno de los más grandes de la localidad.
El edificio de tres pisos destaca por su fachada de mampostería y sillería vistas. El palacio está coronado por una galería típica aragonesa de pequeños arcos de medio punto donde destaca el espectacular alero de madera de pino negro tallado en una sola pieza que dejaba ver la posición social de la familia propietaria. Y desde aquí, a unos pocos metros se encuentra el PORTAL DE SAN ANTONIO, otra de las puertas de entrada a la villa y formaba parte del recinto. Se trata de una torre-puerta de cuerpo prismático realizada en sillería en planta baja, esquinas, matacán y remate almenado y en mampostería el resto de la fábrica. Extramuros dispone de puerta con doble arco, apuntado de sillería de gran dovelaje. Sobre la planta baja hay una ventana enrejada dispuesta entre dos pequeñas saeteras. Encima
Portal de San Antonio
aparece un matacán sostenido por tres canes. Extramuros, el portal queda rematado por un sistema almenado. Y ya, extramuros, y para finalizar la visita, contemplamos las
ANTIGUAS ESCUELAS DE NIÑAS, que en la actualidad funcionan como BIBLIOTECA MUNICIPAL. Estas escuelas, al igual que las de niños, construidas entre 1910 y 1912 por el arquitecto discípulo de Gaudí, Pablo Monguió, que también construirá algunos edificios modernistas en la Plaza del Torico de Teruel entre otros, presentan las características típicas del movimiento modernista. Después nos dirigimos hacia el coche, que estaba aparcado entre los dos Portales, el del Carmen y el de San Antonio, y enfilamos en dirección a Puertomingalvo, cuya interesante visita nos esperaba.


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