jueves, 14 de julio de 2022

PEXEGUEIRO. IGLESIA DE SAN MIGUEL

San Miguel. Portada
Había visto algunas fotografías en el grupo de Facebook “Pasión por el Románico” de unas magníficas portadas románicas pertenecientes a la iglesia de San Miguel, ubicada en la localidad pontevedresa de Pexegueiro cuyo caserío, al igual que la mayoría de los pueblos y aldeas gallegos, se derrama mansamente entre las grandes manchas de arbolado existentes en la zona. La parroquia de Pexegueiro, desde el punto de vista administrativo, forma parte del concello de Tui. Algo menos de veinte kilómetros me separaban desde Gondomar, donde me encontraba en esos momentos. Así que, ni corto ni perezoso, me planté delante del Google Maps para planificar una visita al día siguiente, actividad a la que nadie de la familia se apuntó. Esa mañana enfilé en dirección a Tomiño desde donde me desviaría hasta llegar a mi destino. No obstante, una vez que tomé el primer desvío me di cuenta enseguida de que aquello no podría terminar bien. Efectivamente, un par de kilómetros más adelante, tanto el navegador del coche como el del teléfono perdieron toda cobertura y yo finalicé mi recorrido ante un camino de tierra.
Vista lateral

Abatido, di la vuelta e inicié de nuevo el camino de regreso a Gondomar, aunque por el camino me vino la idea de visitar otra iglesia que había ido posponiendo una y otra vez: la excolegiata de Santa María de Baiona, cuya visita figura en otra entrada de este blog. De nuevo en Gondomar, volví a revisar el Google Maps para buscar otra forma de llegar a Pexegueiro. Esta vez, en vez de por la carretera de Tomiño, lo intentaría por la de Tui. Fue un viaje tranquilo, con escaso tráfico y con unos paisajes abruptos con unos miradores espectaculares. Poco antes de llegar a Tui me encontré con la señal indicadora que me señalaba la dirección a mi destino, al que llegué tres kilómetros más tarde, pudiendo aparcar sin ningún tipo de problema. El silencio, si exceptuamos los trinos de los numerosos pájaros que en ese momento desperezaban la mañana, era casi absoluto. En la casi hora y media que anduve curioseando los muros no me crucé con persona alguna. 
Portada norte

La iglesia, junto a un pequeño cementerio frente a su portada principal, se alza majestuosa sobre un terreno mínimamente elevado que muestra al viajero la esbeltez exterior de su nave y la belleza de la portada lateral situada al sur. Es el único resto que visible de un antiguo monasterio benedictino del siglo X, del que solo se conservan los muros perimetrales de la iglesia, menos la cabecera del templo que fue reemplazada en el siglo XVIII. La única pega –siempre hay que poner alguna– es que la iglesia estaba cerrada, nada extraño si tenemos en cuenta la hora temprana que era. La cancela del cementerio estaba abierta y ello me facilitó una breve visita a su interior donde abundaban las lápidas de mármol. La portada situada al oeste es la principal del templo. Cuenta con tres arquivoltas que descansan sobre un par de columnas con capiteles de hojas, muy deteriorados por el paso del tiempo. Lo más interesante de esta portada es el tímpano, que presenta una visible y profunda fractura. En él se representan dos leones esculpidos enfrentándose con las fauces abiertas y dos aves por encima, una de ellas introduciendo su cabeza entre las dos fieras. 

Portada principal

Tras la correspondiente sesión de fotos, comencé a rodear el templo deambulando por la coqueta zona ajardinada que se abría frente al muro norte del templo donde destacaban unos buenos ejemplares de lirios africanos, de dalias y de los llamados trompeteros.  Frente a estas plantas se abre una segunda puerta, formada por una sola arquivolta decorada con bolas, protegida por un guardapolvos ajedrezado que cobija un tímpano liso soportado por mochetas con grandes cabezas de bóvidos, muy desgastados por el paso del tiempo. De ese modo llegué a la cabecera del templo, reformada a mediados del siglo XVIII con elementos claramente neoclásicos y presidida por la cabeza del obispo que ordenó el inicio las obras. 
Ábside rehecho en el siglo XVIII

Por último, la puerta ubicada al sur tiene una clara estructura vertical ya que es más estrecha que las otras. Al igual que la portada del muro norte, está formada por una arquivolta decorada con bolas, protegida por un guardapolvos ajedrezado que cobija un tímpano liso soportado por mochetas con grandes cabezas de bóvidos menos deteriorados que los anteriores. Las columnas son muy esbeltas y están rematadas por capiteles vegetales de hojas. Una nueva vuelta al templo para captar algún detalle que se me hubiera pasado por alto completó mi visita. Me encaminé de nuevo al coche e inicié el camino de vuelta a Gondomar.

Portada meridional


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