DÍA 28 DE FEBRERO
Excepción hecha de la mañana que pasamos en Antalya y
Aspendos donde mínimamente nos llovió durante las primeras horas, el día volvía
a amanecer espectacular. La luz comenzó a filtrarse por las ventanas de la
habitación y en torno a las seis empezamos a prepararnos para un nuevo día. Los
distintos desplazamientos que teníamos previstos rondaban los quinientos
kilómetros, pero es lo que tiene este tipo de viajes si quieres visitar un país
tan enorme como es Turquía. A continuación, la rutina que poco a poco íbamos
interiorizando: maletas preparadas y puestas en la puerta de la habitación para
que el personal del hotel las bajase al autobús y bajada al comedor para
realizar un desayuno potente a fin de coger las fuerzas suficientes para poder
echar la mañana, que, al igual que en días anteriores, era variado en su
oferta.