viernes, 22 de octubre de 2021

BAÑOS DE CERRATO: IGLESIA DE SAN JUAN DE BAÑOS


El día amaneció en Palencia con un cielo completamente azul, pero con una temperatura fresca y ventosa que agradecía la presencia de algún que otra prenda de abrigo. La dolencia dorsal de Concha iba en aumento y parecía no tener visos de una pronta mejoría. Por ello, nos llegamos a plantear suspender la visita que teníamos planificada para la tarde a la ciudad de Ávila, dando por perdido el precio de la reserva del apartamento donde íbamos a pernoctar que habíamos pagado con antelación. Yo me levanté temprano y me acerqué al aparcamiento para renovar el ticket hasta mediodía por el precio de un euro. De vuelta al hotel, decidí pasar por la cafetería –que en esos momentos se encontraba bastante animada– antes de subir a la habitación para tomar un café con leche caliente que me reanimara el cuerpo del fresco de la mañana. Concha ya se había levantado y estaba recogiendo nuestras cosas en la bolsa de viaje. Tras hablarlo con calma, finalmente decidimos continuar el viaje planificado –visita a la iglesia San Juan de San Juan Bautista en Baños de Cerrato y visita a la ciudad de Ávila–, teniendo siempre presente la posibilidad de abortar las visitas programadas en función de la evolución de las molestias de mi esposa. Y así lo hicimos. Nos hicimos un par de cafés en la habitación y apuramos el poco pan, fiambre y pastas que nos quedaron del día anterior. Cargamos con la bolsa de viaje y abonamos en la recepción los algo menos de sesenta euros que nos cobraron por pernoctar la noche anterior. Nos encaminamos directamente hacia el coche y pusimos dirección a la cercana localidad de Baños de Cerrato donde íbamos a visitar la maravillosa iglesia que conserva.

jueves, 21 de octubre de 2021

PALENCIA, LA BELLA RECONOCIDA

Iglesia de San Miguel
El día amaneció fresco pero soleado. La tarde/noche anterior habíamos cargado el coche con todas nuestras pertenencias, así que lo único que hicimos fue vestirnos y despedirnos de nuestros consuegros, Alfonso e Irene, agradeciéndoles una vez más lo maravillosamente que nos habían recibido y tratado durante nuestra estancia en su casa. No habían dado todavía las ocho cuando enfilamos dirección a O Porriño en busca de la A-52 que nos llevaría al cabo de varias horas a nuestro destino que no era otro que la capital palentina que habíamos visitado con anterioridad un par de veces hacía casi cuarenta años y de la que teníamos un recuerdo agradable. El tráfico que nos acompañó a lo largo de nuestro viaje fue relativamente escaso –esta autovía gallega siempre la hemos encontrado muy amable con los escasos conductores que circulamos por ella, si exceptuamos algunos tramos cercanos a Orense capital– y poco más de dos horas y media después hacíamos un alto en el camino en la estación de servicio de QUIRUELAS DE VIDRIALES para estirar un poco las piernas, descansar un momento de los kilómetros recorridos y tomar unos bocadillos que nos había preparado primorosamente nuestra consuegra Irene la noche anterior. No pudimos salir mucho del coche porque el viento casi helado que soplaba en esos instantes lo desaconsejaba. Una vez satisfechas nuestras necesidades continuamos camino hacia Palencia donde llegamos poco después de las doce y cuarto. 

viernes, 15 de octubre de 2021

IRIA FLAVIA Y PADRÓN: COMIENZO DEL MITO DEL CAMINO DE SANTIAGO

Paseo del Espolón y río Tera
Poco antes de las doce de la mañana, después de haber visitado la preciosa y tranquila iglesia de Santa María la Real del Sar situada en las afueras de Santiago de Compostela, nos dirigimos a la cercana parroquia de Iria Flavia, integrante del concello de Padrón, de la que apenas nos separaba una veintena de kilómetros. Visitar el cementerio de Andina y la iglesia parroquial es lo que pretendíamos llevar a cabo. El primero por ser el camposanto donde reposan los restos mortales de Camilo José Cela, nacido en esta pequeña villa; y la segunda por tener una preciosa Epifanía en el tímpano de la portada principal. Poco tráfico nos encontramos en nuestro recorrido que transcurrió rodeado de grandes bosques. No habían dado las doce y media cuando aparcábamos el coche en una explanada terriza cercana, que los locales denominan Campo da Festa, rodeada por una notable arboleda. Desde aquí nos dirigimos a pie al CEMENTERIO DE ADINA, que abraza los muros de la iglesia con multitud de sepulturas muy apretadas unas con otras. En uno de sus extremos se puede contemplar una amplia colección de sarcófagos y laudas medievales en diferentes estados de conservación. Fue en este cementerio donde recibieron primera sepultura los restos de Rosalía de Castro, que seis años después fueron trasladados al Panteón de Gallegos Ilustres en Santiago de Compostela, donde se encuentran en la actualidad. No obstante, sigue conservándose la lápida de su primera inhumación. Pero este camposanto tiene un segundo personaje ilustre. Desde 2002 están enterrados los restos de Camilo José Cela, Premio Nobel de Literatura a la sombra de un frondoso olivo, lugar elegido por el propio difunto. Su tumba es muy sencilla: una simple losa de piedra a ras de suelo en la que figuran su nombre, su fecha de nacimiento y la de su defunción y el título que le fue otorgado en vida: marqués de Iria Flavia. 

SANTA MARÍA DEL SAR: LA ELEGANCIA DE LO INESTABLE


Poco después de las diez de la mañana salíamos por la puerta de la Hospedería de San Martín Pinario donde habíamos pernoctado la noche anterior. Abonamos el precio estipulado, recogimos nuestra pequeña bolsa y nos dirigimos diligentes hacia la Praza de Galicia donde teníamos aparcado el coche. Yo me había tomado un estupendo y cremoso café con leche durante mi paseo tempranero en un pequeño, pero muy animado, local de nombre CAFETERÍA IACOBUS. Concha no quiso tomar nada y con las mismas entramos en el recinto del aparcamiento. El cielo de Santiago había amanecido enmarañado de nubes deshilachadas, aunque no amenazaban lluvia. Salimos del interior del estacionamiento y enfilamos por la rúa do Hórreo hasta llegar a la rúa de Curros Enríquez para desviarnos finalmente por la pronunciada pendiente de la rúa del Sar que nos llevó a nuestro destino. Habíamos visto varias fotos que habían llamado nuestra atención por varios motivos: uno, la belleza románica de una de las alas de su reducido claustro de clara influencia del Maestro Mateo; dos, los enormes arcos arbotantes que sustentaban la verticalidad del muro de la epístola; y tres, la sobriedad y la elegancia de su ábside central. 

jueves, 14 de octubre de 2021

SANTIAGO DE COMPOSTELA: UNA MARAVILLA HECHA REALIDAD

Fachada del Obradoiro

Volvíamos una vez más a Santiago a cumplir un viejo sueño: visitar de nuevo el interior de la mole catedralicia y descubrir pequeños rincones que no habíamos visto hasta ese momento, su correspondiente museo y su espectacular Pórtico de la Gloria, recién restaurado, el cual, según habíamos leído, lucía en todo su esplendor. Estos dos últimos elementos –museo y pórtico– no los habíamos podido disfrutar en nuestros viajes anteriores pues habían estado cerrado al público, principalmente por motivos de restauración. Esta vez, además, íbamos a pernoctar en la ciudad con la firme intención de conocer más a fondo su rico patrimonio y tratar de visitar el interior de algunos de los templos románicos que abundan en su casco histórico y que hasta ese momento no lo habíamos conseguido debido a que siempre nos los habíamos encontrado cerrados.  

domingo, 10 de octubre de 2021

TOMIÑO: SANTUARIO DE SAN CAMPIO DE LONXE


Más de una vez había salido la conversación entre nuestros consuegros Alfonso e Irene y nosotros acerca de las bondades entre los muchos feligreses y creyentes del Santuario de San Campio: que si el fervor con el que acudían los devotos de este santo a rezar en este templo, que si las muchas curaciones de enfermedades y dolencias que se contaban por todos esos contornos gallegos y portugueses, que si la expulsión de algún que otro demonio del cuerpo de personas poseídas por el maligno, etc. Y una tarde, que no teníamos nada planificado ni previsto, subimos al coche y los acercamos a esta iglesia situada en la parroquia de Figueiró para constatar, a ser posible, la veracidad de todos esos comentarios que circulaban de boca en boca.  

jueves, 7 de octubre de 2021

SANTA MARTA DE TERA: ROMÁNICO EN ESTADO PURO

Exterior del templo
Salimos temprano de Benavente –algo más de las nueve y media marcaba el reloj del coche– en dirección a Santa Marta de Tera de la que nos separaban escasamente treinta kilómetros, la mayor parte de ellos por la autovía A52 que nos llevaría esa misma tarde hasta Gondomar en la provincia de Pontevedra, donde íbamos a pasar unos días con nuestros añorados nietos, Levy y Chloe, a los que llevábamos sin ver más de un año forzados por la odiosa pandemia de COVID que ha asolado –y aún lo sigue haciendo– a toda la población mundial. No habían dado las diez de la mañana cuando aparcábamos el coche al lado de la iglesia, convertida hoy en un significativo enclave de marcada vocación jacobea al constituir un recurrente principio y final de etapa del Camino Sanabrés a Santiago. Acudíamos a este templo no solo guiados por los excelentes comentarios que habíamos leído acerca de la calidad de la obra de esta iglesia románica, sino por contemplar de primera mano el recientemente descubierto fenómeno de luz equinoccial por el cual, dos días del año (en marzo y en septiembre), la luz penetra por un óculo de su cabecera incidiendo directamente sobre el capitel izquierdo del arco triunfal de la misma.

miércoles, 6 de octubre de 2021

BENAVENTE: DOS IGLESIAS QUE MERECEN UNA VISITA

Sta. María del Azogue. Ábsides
Hacía ya casi año y medio que no nos habíamos movido de casa por la cruel pandemia de COVID que ha asolado, y aún continúa haciéndolo, el mundo entero. Por eso, este viaje se nos presentaba ideal para reiniciar viejas prácticas que habían permanecido casi olvidadas en el baúl de los recuerdos. Como parada previa, nos detuvimos unos días en Paracuellos de Jarama para ver y disfrutar de nuestro hijo Carlos y nuestros dos preciosos nietos, Biel y Oliver. Y desde aquí, iniciamos el viaje. Habíamos pasado muchas veces por las afueras de Benavente donde tomábamos el desvío en dirección a Pontevedra. Pero, la verdad sea dicha, nunca nos habíamos detenido ni habíamos tenido pensamiento alguno de hacerlo. Sin embargo, la visión en uno de los grupos de Facebook a los que estamos suscritos –Pasión por el Románico– de una sola fotografía de la cabecera de la iglesia de Santa María del Azogue fue suficiente para planificar una visita más tranquila a la ciudad.