Estaba llegando a su fin nuestro entrañable viaje por tierras extremeñas, pero no quisimos finalizarlo sin hacer una breve parada en la localidad pacense de Llerena. Queríamos hacer una visita rápida y ver de nuevo la impresionante PLAZA DE ESPAÑA, también conocida como Plaza Mayor, que preside la Iglesia de Nuestra Señora de Granada, que habíamos visto por primera vez en el viaje que hicimos en 1996 en la excursión que había organizado la AMPA del IES María Bellido, y que tan grato recuerdo nos había dejado. Tardamos aproximadamente media hora en recorrer los algo más de cuarenta kilómetros que separan Zafra de Llerena, donde llegamos alrededor de las una y media de la tarde. La plaza en sí es un magnífico ejemplo de plaza porticada de estilo mudéjar en la que se sitúan los edificios más importantes de la ciudad, como es el caso de la antigua Cárcel Real, la Iglesia Mayor de Nuestra Señora de la Granada o el Palacio Consistorial. La plaza se organiza en cuatro frentes, dos de ellos porticados, con arcos de medio punto enmarcados por alfiz sobre columnas de cantería de orden jónico o toscano.
La IGLESIA MAYOR DE NUESTRA SEÑORA DE LA GRANADA es fruto de un largo proceso constructivo que arranca de principios del siglo XIV y finaliza en el siglo XVIII. De la primitiva iglesia mayor de estilo gótico mudéjar con multitud de capillas particulares adosadas a sus naves, tan sólo se conservan los dos primeros cuerpos de la torre, la capilla de los Zapata y la capilla del Prior. La traza actualmente conservada nos da como resultado una iglesia de planta de salón, de espacio uniforme, someramente compartimentado, con tres naves de altura muy similar separada por columnas de cantería. Tuvimos la suerte de que la iglesia estaba abierta y, aunque brevemente, pudimos disfrutar de su bello interior. Adosado a la cabecera del templo, se encuentra el camarín de Nuestra Señora de la Granada, construcción rococó, de finales del siglo XVIII, casi independiente del resto del templo, de planta octogonal, cubierta por cúpula sobre pechinas y tambor. Está profusamente decorada con motivos decorativos vegetales, epigráficos, y otros motivos zoomórficos y antropomórficos, realizados en yeso. Al exterior la iglesia presenta tres fachadas. La primera, que se abre a la Plaza Mayor, se forma por dos niveles, un primer nivel de estilo barroco y un segundo nivel de estilo mudéjar compuesto por dos pisos con sucesión de arcos de medio punto enmarcados por alfiz sobre pilares octogonales, dotando a esta fachada de gran originalidad. Otra de las puertas, llamada del Perdón, se encuentra en la base de la hermosísima torre campanario y está conformada por cinco arquivoltas góticas muy abocinadas, estando decoradas las dos más exteriores. La torre de la iglesia Mayor, elemento más destacado del edificio y construcción emblemática de la ciudad, cuenta con cinco cuerpos, los dos primeros góticos construidos en piedra, y los tres restantes de estilo renacentista construidos en ladrillo. Por último, sobre una terraza abalaustrada se levantan cuatro torrecillas de planta circular en los ángulos cubiertas por pequeñas cúpulas de cerámica vidriada.
Continuamos nuestro paseo por la calle Corredera hasta el conocido CONVENTO DE SANTA CLARA, cerrado en esos momentos porque se encontraba en proceso de restauración. El convento, de principios del siglo XVI, es un claro exponente de la arquitectura clasicista que se desarrolló en España. Presenta dos portadas gemelas de ladrillo de tres cuerpos. También es muy notable el conjunto de palacios existentes en la ciudad como el Palacio Maestral o el Palacio de los Zapata, nobles edificios con hermosos patios de corredores y amplios salones y dependencias. Continuamos nuestro paseo por el intrincado callejero que rodea la iglesia Mayor. Son numerosos los palacetes y casas de dos plantas en la zona, conservando muchas de ellas la esencia mudéjar del uso del ladrillo rojizo y las ventanas geminadas sobre el blanco resplandeciente de sus fachadas. Nos encantó, sobre todo, una situada en la calle Corredera, donde resalta un cuerpo de ladrillo que enmarca una primorosa ventana partida en dos por una bella columnilla de mármol. De vuelta a la plaza, nos detuvimos un momento a contemplar el PALACIO CONSISTORIAL, de estilo ecléctico, con patio porticado de arcos de medio punto sobre esbeltas columnas de orden toscano. Viendo la hora, decidimos comer en el RESTAURANTE ZURBARÁN ubicado en un lateral de la plaza, contiguo al Ayuntamiento, en el mismo lugar donde tuvo su casa y taller el genial pintor Francisco de Zurbarán. Frente al restaurante se ubica una hermosa fuente renacentista de mármol. Igualmente, muy cerca, en un lateral de la iglesia se puede contemplar también una escultura dedicada a FRANCISCO DE ZURBARÁN, pintor barroco del Siglo de Oro español nacido en esta localidad. Una vez finalizada la comida, emprendimos definitivamente el viaje de vuelta a Bailén, donde llegamos un poco antes de las seis de la tarde.
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