Estaba llegando a su fin nuestro entrañable viaje por tierras extremeñas, pero no quisimos finalizarlo sin hacer una breve parada en la localidad pacense de Llerena. Queríamos hacer una visita rápida y ver de nuevo la impresionante PLAZA DE ESPAÑA, también conocida como Plaza Mayor, que preside la Iglesia de Nuestra Señora de Granada, que habíamos visto por primera vez en el viaje que hicimos en 1996 en la excursión que había organizado la AMPA del IES María Bellido, y que tan grato recuerdo nos había dejado. Tardamos aproximadamente media hora en recorrer los algo más de cuarenta kilómetros que separan Zafra de Llerena, donde llegamos alrededor de las una y media de la tarde. La plaza en sí es un magnífico ejemplo de plaza porticada de estilo mudéjar en la que se sitúan los edificios más importantes de la ciudad, como es el caso de la antigua Cárcel Real, la Iglesia Mayor de Nuestra Señora de la Granada o el Palacio Consistorial. La plaza se organiza en cuatro frentes, dos de ellos porticados, con arcos de medio punto enmarcados por alfiz sobre columnas de cantería de orden jónico o toscano.
lunes, 24 de octubre de 2016
ZAFRA EN UNA MAÑANA
Nos levantamos temprano –el reloj marcaba las siete y media de la mañana– para recorrer los setenta y cinco kilómetros que separan Zafra de Olivenza, donde habíamos dormido la noche anterior en el hotel Heredero. Recogimos la habitación y llevamos las maletas al coche, estacionado en el amplio aparcamiento que había junto al hotel, donde volvimos a entrar para dirigirnos a la cafetería para desayunar. Sendos cafés con leche y un par de tostadas de aceite y tomate nos levantaron el ánimo y nos terminaron de espabilar. Con esta sería la tercera vez que visitábamos Zafra, localidad que nos había acogido con anterioridad en el año 1996, la primera en una excursión organizada por la AMPA del IES María Bellido de Bailén, y la segunda, pocos meses después con Carlos y Víctor en un viaje en el que recorrimos numerosas localidades de la Comunidad Autónoma de Extremadura. Llegamos poco antes de las diez y media de la mañana y aparcamos en un lateral de la Plaza del Alcázar, que en ese momento ofrecía bastantes huecos en los que poder dejar el coche. Nos recibió un día frío con un cielo encapotado de nubes oscuras que amenazaban lluvia con cierta rotundidad, por lo que nos armamos con los correspondientes paraguas que nos acompañaron en todo el recorrido, aunque en ningún momento los llegamos a utilizar.
domingo, 23 de octubre de 2016
OLIVENZA, ÚLTIMA CIUDAD EN SER ESPAÑOLA
Era la segunda vez que visitábamos Olivenza. Ya lo habíamos hecho en 1996 cuando habíamos estado acompañados de Carlos y Víctor. Vinimos atraídos por la maravillosa portada manuelina de su ayuntamiento, que en aquellos momentos funcionaba como biblioteca, y por la curiosidad de saber que había sido esta localidad la última en incorporarse al reino de España en 1801, tras ser conquistada por las tropas españolas en la llamada Guerra de las Naranjas. Con anterioridad, dada su estratégica situación, fue un fuerte bastión defensivo de la frontera hispano portuguesa como atestigua su poderoso recinto amurallado. Esta visita venía mediatizada por nuestra estancia el día anterior en Cáceres, gracias al regalo que nos habían hechos nuestros amigos con motivo de mi jubilación. Pensamos que ya que estábamos por la zona, aprovecharíamos para visitar Badajoz, ciudad que no conocíamos. Y, dado que la Navidad anterior Víctor y Ana nos habían regalado una caja regalo para pasar un fin de semana en uno de los hoteles que se ofertaban en la misma, decidimos aprovechar la ocasión y volvimos de nuevo a Olivenza para rememorar otra vez esa fantástica fachada manuelina que tan buen recuerdo nos había dejado.
ELVAS, CIUDAD AMURALLADA
Terminada la visita mañanera a Badajoz, decidimos acercarnos a este enclave fronterizo, separado por algo más de veinte kilómetros. Habíamos oído hablar muy bien en el aspecto artístico de esta villa amurallada y de su afamado comida portuguesa. Elvas está considerada como la mayor fortificación abaluartada del mundo y ha tenido a lo largo de la historia un papel importante en la defensa de la frontera de Portugal, lo que justifica que haya sido elegida Patrimonio de la Humanidad. Las murallas de distintas épocas y las curiosas fortificaciones en forma de estrella son los principales puntos de interés del conjunto.
Una vez en la ciudad, atravesamos una de las puertas de su muralla y nos dirigimos hacia el centro histórico buscando más que nada un lugar donde aparcar el coche, ya que pudimos comprobar que dejarlo en la calle suponía un grado de dificultad elevado dado la estrechez de las calles y el elevado número de vehículos que circulaban. Aparcamos en el estacionamiento público habilitado en la céntrica Praça da Republica. Es un espacio amplio y accesible donde se puede visitar la antigua catedral, la IGLESIA DE NOSSA SENHORA DA ASSUNÇÃO. Fue construida en el s. XVI siguiendo el trazo del arquitecto real Francisco de Arruda. La capilla mayor, de mármol de varios colores, es un trabajo del siglo XVIII que merece especial atención, además del órgano de talla dorada. La larga escalinata de la entrada dificulta el acceso a la misma, pero el interior es amplio.
BADAJOZ EN UNA MAÑANA
Nos levantamos temprano y poco antes de las ocho ya estábamos desayunando en el comedor del hotel prácticamente solos. Aprovechamos también para tomar un pequeño picnic de fiambre y pan para pasar la mañana por si el apetito hacía acto de aparición antes de sentarnos a comer a mediodía. Cogimos el coche, planificamos el GPS con la ruta a seguir y tomamos la EX100 para recorrer los noventa y cinco kilómetros que separan Cáceres de Badajoz, ciudad a la que íbamos a girar una visita que nos llevaría toda la mañana. Dado el poco tráfico que nos encontramos, así como las largas rectas de la carretera que facilitaban una cómoda conducción, llegamos a Badajoz en torno a las diez y media. Nos dirigimos directamente al aparcamiento público situado en la plaza de San Antón o de Minayo donde aparcamos con facilidad, dada la escasez de vehículos que allí se encontraban a esa hora del domingo. La plaza está presidida por una ESTATUA DEL GENERAL MENACHO, el cual, en la Guerra de la Independencia, luchó a las órdenes de Castaños, con el que ascendió a coronel en Bailén, y pasó después al ejército de Extremadura. Nombrado gobernador militar de Badajoz, organizó la defensa de la ciudad contra el asedio de los franceses. Estando en la muralla, inspeccionando la defensa, recibió una descarga de artillería, cuya metralla le hirió gravemente, lo que a la postre causaría su muerte el 4 de marzo de 1811. Sus restos descansan en la catedral pacense. En otra plaza aledaña, la plaza de Menacho, nos encontramos con la ESTATUA DE JOSÉ MORENO NIETO, académico arabista y político pacense del siglo XIX, frente al TEATRO LÓPEZ DE AYALA, en honor al que fuera presidente del Congreso en 1878.
jueves, 6 de octubre de 2016
BERLÍN (4): GEDENKSTATTE BERLINER MAUER, SIEGESSÄULE, PALACIO DE CHARLOTTENBURG, DEUTSCHES TECHNIKMUSEUM
Nuestro último día en la ciudad se inició igual que los anteriores. Para desayunar preparamos unos tés de los que diariamente nos ofrecía de modo gratuito el hotel junto con las pastas que habíamos comprado la tarde anterior en los almacenes KaDeWe. Finalizado el desayuno, comenzamos a preparar las maletas y recoger la totalidad de nuestras cosas pues había que dejar vacía la habitación antes de las doce de la mañana. Bajamos con las maletas y, tal como habíamos acordado la tarde anterior con el recepcionista, las dejamos en una pequeña habitación que el hotel tenía habilitada para tal fin. Ya volveríamos a la tarde para recogerlas. Salimos a la calle y saludamos a nuestros amigos los osos de la puerta como hacíamos cada día al salir y entrar del hotel. En ese momento pudimos comprobar que se nos presentaba un mal día por delante, pues estaba lloviznando ligeramente, situación que nos acompañó a lo largo de casi toda la mañana. Nos dirigimos a la estación de Spittelmarkt hasta bajarnos en Alexander Platz –línea U2– donde hacemos transbordo a la línea U8 que nos llevaría hasta la estación de Bernauerstraße, situada en la calle del mismo nombre.
miércoles, 5 de octubre de 2016
BERLÍN (3): PUERTA DE BRANDENBURGO, PARLAMENTO ALEMÁN, MONUMENTO AL HOLOCAUSTO, , POTSDAMER PLATZ, SONY CENTER, KADEWE, KAISER WILHELM GEDÄCHTNISKIRCHE
Nos levantamos temprano porque a las diez y media teníamos concertada una visita a la cúpula del Parlamento alemán. Nos aseamos y preparamos unos tés de los que nos ofrecía gratuitamente el hotel que, junto con las pastas y restos de los bocadillos que habíamos comprado la noche anterior en uno de los puestos de comida rápida de los muchos existentes en las estaciones del metro berlinés, nos sirvieron como desayuno. Eran algo más de las ocho y media de la mañana cuando salimos del hotel en dirección a entrada de la estación de Spittelmarkt perteneciente a la línea U2. El día presentaba un aspecto apacible, con un cielo azulado manchado de nubes blancas que no amenazaban lluvia alguna y con una temperatura agradable para la hora matinal que era. Al llegar a la estación de Potsdamer Platz hicimos transbordo a la línea U1 hasta llegar a la cercana estación de Brandenburger Tor, donde nos bajamos. A las nueve de la mañana ya nos encontrábamos en la explanada que preside la BRANDENBURGER TOR y de la que parte la famosa avenida Unter den Linden, que habíamos paseado la noche anterior cuando estuvimos disfrutando del espectáculo de luz y sonido que se proyectaba sobre esta famosa puerta berlinesa. A esa hora ya era significativo el continuo ir y venir de personas en todas las direcciones de la plaza. Nos hicimos unas cuantas fotos con la Puerta como escenario principal y continuamos camino hacia el Reichstag, donde teníamos concertada la visita.
martes, 4 de octubre de 2016
BERLÍN (2): PALACIO REAL, ISLA DE LOS MUSEOS, UNTER DEN LINDEN, NUEVA GUARDIA, BEBELPLATZ, ZUR GERICHTSLAUBE, GENDARMENMARKT, CHECKPOINT CHARLIE
Nos amaneció un día perfecto, de cielos plenamente azules y escaso frío, hecho que nos motivó positivamente para levantarnos, desayunar unos tés cortesía dl hotel y las pastas que habíamos comprado la tarde anterior en uno de los innumerables puestos de comida que había en los pasillos de la estación de metro de Alexanderplatz. Cabe recordar que el desayuno continental que servía el hotel costaba alrededor de diecinueve euros por persona y no era nada del otro mundo, y la zona en la que pernoctábamos destacaba fundamentalmente por la presencia de oficinas y pocos negocios dedicados a la restauración. Poco antes de las ocho y media ya estábamos en la calle, saludando a nuestros amigos los osos, a los que habíamos conocido el día anterior. Enfilamos nuestros pasos hacia la llamada Isla de los Museos que era lo que teníamos planificado visitar a primera hora de la mañana. Por el camino nos llamaron la atención un par de cosas, una más mundana que la otra: un enorme anuncio de Adidas de Gareth Bale, jugador del Real Madrid, que cubría toda la fachada de un bloque de pisos que estaba en construcción, y una especie de pequeño quiosco con las dimensiones de una cabina telefónica, que en realidad era una reducida biblioteca municipal callejera de la que se podía retirar cualquiera de los suficientes libros que disponía. Nos miramos Concha y yo y sonreímos pensando qué pasaría con un “invento” de estos en cualquier pueblo de España. Seguimos nuestro camino y llegamos hasta la explanada dominada por el moderno edificio del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán frente al que se está reconstruyendo el antiguo PALACIO REAL de los Hohenzollern, que, aunque sobrevivió a la guerra y a la destrucción, fue demolido en 1950 como «basura de la historia», según las autoridades comunistas. En el mismo lugar se construyó entre 1973 y 1976 el Palacio de la República como sede de la Cámara Popular de la RDA, que tuvo que ser demolida solo treinta años después por culpa del amianto. Libre de nuevo el solar y unificada la ciudad se acordó la construcción de nuevo del viejo palacio respetando los planos. Se prevé que una vez finalizado, albergue el Foro Humboldt.
lunes, 3 de octubre de 2016
BERLÍN (1): EAST SIDE GALLERY, ALEXANDERPLATZ, OKTOBERFEST, DEAD CHICKEN ALLEY, DIE HACKESCHEN HÖFEN, NICOLAIKIRKE
Los primeros que nos vieron llegar al hotel fueron dos osos enormes situados cada uno a un lado de la puerta de acceso, uno dorado y otro plateado, ambos con los brazos en alto sosteniendo un cartel en el que figuraba el nombre del hotel. Su presencia se convirtió en algo habitual en nuestras entradas y salidas por lo que terminamos saludándolos cada vez que nos topábamos con ellos. Tal vez convenga decir que el oso es el animal representativo de la ciudad por lo que su presencia es recurrente en muchos edificios berlineses. Y lo más curioso es que no hay osos en Alemania. Ya en la calle volvimos a coger el metro en la estación de Spittelmarkt de la línea U2; hicimos trasbordo en la estación de Stadmitte de la línea U6; y desde allí nos dirigimos hasta la estación de Hallesches Tor de la línea U1 donde volvimos a hacer trasbordo y nos bajamos en Schlesisches Tor, en las cercanías del PUENTE OBERBAUN, cuyos orígenes se remontan a comienzos del siglo XVIII, simbolizando en la actualidad la convergencia del Berlín Oriental y Occidental. Su nombre se debe a la antigua práctica de bloquear el río con un gran tronco de árbol a modo de barrera para evitar el contrabando. De ahí el nombre de Oberbaum (“árbol río arriba”). Cruzamos el puente y nos detuvimos un momento en uno de sus arcos para contemplar la escultura denominada MOLECULE MAN, situada en medio del río Spree. Son tres figuras humanas de pie de dimensiones colosales, que parecen caminar sobre el agua. Es una obra realizada en aluminio y toda su superficie esta cubierta por cientos de agujeros, que representan la liviandad de las moléculas de aire y agua que conforman a los seres humanos. Estas tres figuras parecen fundirse en un abrazo, y este vínculo simboliza la unión de Berlín Occidental y Oriental.
domingo, 2 de octubre de 2016
BERLÍN. PROLEGÓMENOS AL VIAJE
Teníamos ganas de realizar esta
visita a la capital alemana y en este mes de octubre fue el momento ideal para
llevarla a cabo. En los meses anteriores estuvimos planificando la duración de
la misma y, en función de los días, las visitas que realizaríamos. Para este
cometido tuvimos en cuenta dos hechos que nos han facilitado de gran manera la
planificación y visita. Uno, el elevado número de blogs existentes en la red
Internet donde multitud de viajeros narran su experiencia y vivencias antes,
durante y posteriormente a la visita; y dos, la aplicación informática CityMaps2Go Pro de Ulmon. Esta app
de pago –no llega a los 20 euros– nos ha permitido fijar en el mapa de Berlín
todos los edificios, calles y lugares que queríamos visitar, dividir estas
visitas en días y, lo más importante, poder utilizar la app sin necesidad de
conexión a Internet, lo cual es muy importante si estás en un país que no es el
tuyo.
Una vez resueltas las visitas a
realizar, quedaban dos aspectos muy importantes: en qué compañía íbamos a volar
y qué hotel elegiríamos. La elección de la compañía aérea fue relativamente
fácil: Ryanair. ¿Por qué? Por dos motivos: el precio y el horario de
ida y vuelta del vuelo. El precio de los dos billetes, tasas incluidas, fue de
185 euros, lo que significaba que era el más barato que encontramos. Por otro
lado, el horario de ida fijaba las 6:20 horas como salida y las 9:20 horas de
llegada. Esto nos permitía llegar a Berlín a primera hora de la mañana y poder
aprovechar todo el día. El horario del vuelo de vuelta fijaba las 20:25 como
hora de salida y las 23:35 como hora de llegada a Madrid, lo cual nos permitía
aprovechar casi todo el día en Berlín para finalizar las visitas programadas.