4 DE MARZO
Último día
en Turquía y vuelta a los orígenes. La alarma del teléfono saltaba en
torno a
las seis de la mañana pues nuestro vuelo despegaba a las nueve y media del aeropuerto Atatürk y, evidentemente
nosotros teníamos que estar como poco dos horas antes en el mismo. Así que,
recogida la maleta y ordenado todo lo que teníamos que llevar, bajamos todo a
la recepción del hotel y nos dirigimos al comedor anexo a la misma para recoger
nuestra bolsa de viaje en la que la dirección nos había preparado una botella
de agua y un brik de zumo, una fruta y alguna barrita energética; el café nos
lo podíamos hacer nosotros mismos en una cafetera que había dejado para esta
función. Es decir, dada la hora tan temprana a la que abandonábamos el hotel,
el servicio de comedor no estaba abierto aún y, por tanto, nos brindaban esa
bolsa de desayuno –es necesario recordar que gran parte de las bolsas se
quedaron intactas en el comedor–. Antes de que acabáramos de tomar el café se
nos unió Erdem que, todo hay que decirlo, él durmió en su casa los días que
estuvimos en Estambul.
Estambul. Aeropuerto Atatürk. Embarque |