Otra mañana que se nos presentaba llena de buenos augurios. Brujas, ciudad de magia y leyendas, cuya belleza habíamos magnificado en nuestros pensamientos durante la preparación del viaje, nos esperaba a poco más de cien kilómetros para acogernos en su regazo y cumplir nuestro sueño. Ya teníamos la experiencia del viaje realizado el día anterior a Malinas y conocíamos el funcionamiento de la RAIL PASS que habíamos comprado el día anterior y de los paneles informativos de la Brussel Centraal Station. Volvimos a madrugar y a hacer un desayuno copioso que nos permitiera llegar hasta media mañana sin hacer ninguna parada. Café con leche, fiambre y pan fueron los ingredientes del mismo. El día, aunque no daban lluvia, amaneció cubierto y tras los cristales observamos que el viento jugaba con papeles y bolsas que volaban sin una dirección definida. Miramos la previsión del tiempo para Brujas con idéntico resultado: se pronosticaba que no iba a llover, aunque sí informaban de algunas rachas de viento. Nos pertrechamos de abrigos y bufandas y nos dirigimos por la rue de l’Evêque hasta Brussel Centraal. Nos dirigimos al andén cuatro desde donde salía nuestro tren. No habían dado todavía las nueve de la mañana en el reloj. Puntual, como siempre, llegó nuestro transporte, subimos a un vagón de cómodos asientos y repasamos lo que íbamos a ver a lo largo del día. Una hora después nos apeábamos del tren en la estación de Brujas tras haber recorrido los cien kilómetros que separan ambas ciudades. Nada más salir a la calle el viento nos azotó con fuerza y el cielo amenazaba agua de un momento a otro. Nos acordamos de los paraguas que se habían quedado en Bruselas pues, según la aplicación de nuestro teléfono, ese día no llovería.
Valientes y soportando las rachas de viento nos decidimos a cruzar las calles hasta llegar a los primeros espacios ajardinados del MINNEWATERPARK, un lago canalizado que podríamos traducir como "lago del amor" y que pasa por ser uno de los más románticos lugares de la ciudad. Tiene su propia leyenda: “Minna, una joven doncella tras negarle su padre casarse con su enamorado, huyó a la zona más oscura del bosque y allí murió. Cuando su enamorado la encontró, separó las aguas del lago y decidió enterrarla allí, para que perdurara siempre su amor bajo las aguas del lago.” Otra de las diversiones es dar de comer a los cientos de cisnes que habitan el lugar. Existe otra leyenda que relaciona a los cisnes con Brujas para toda la eternidad: se cuenta que en 1488 el pueblo de Brujas había ejecutado a uno de los administradores de la ciudad perteneciente a la corte de Maximiliano de Austria, esposo y sucesor de la duquesa María de Borgoña. El administrador de la ciudad se llamaba Pieter Lanchals, cuyo significado en castellano es "cuello largo" y el escudo de armas de la familia Lanchals esta presidido por un hermoso cisne blanco. La leyenda dice que Maximiliano castigó simbólicamente a Brujas obligando a su población a mantener a los cisnes en sus lagos y canales hasta la eternidad. Junto al puente sobre Minnewater, desde donde podremos obtener una de las mejores fotos de nuestra visita, destaca la poderosa e inamovible torre POERTOREN, un antiguo depósito de armas. Fue en este puente donde las rachas de viento soplaron con más fuerza y empezaron a caer las primeras gotas. Los peores augurios se estaban haciendo realidad. No obstante, no cejamos en nuestro empeño y, tras pasear por algunas de las calles del parque, nos dirigimos hacia el BEGIJNHOF TEN WIJNGAARDE. Este beaterio, que desde 1928 ya no está habitado por beatas sino por monjas benedictinas, que viven en unas pequeñas casas pintadas de color blanco, rodeadas de jardines salpicados por miles de flores silvestres y hermosos árboles, es un remanso de paz. El complejo, que tiene cinco siglos de antigüedad, se puede visitar para conocer cómo vivían las antiguas beatas. El precio de la visita es de dos euros. Dentro del recinto también se puede visitar, siempre que las monjas no estén rezando, la IGLESIA DE SANTA ISABEL, de estilo gótico con una preciosa sillería del coro. Salimos del beaterio a través de una coqueta y blanca puerta desde donde había una vista bucólica y preciosa del lago con incontables cisnes. Cruzamos el puente y llegamos hasta la plaza Wijngaardplein donde vimos una curiosa y antigua fuente abrevadero de agua potable con dos cabezas de bronce de caballo de las que salía agua por la boca del animal. Desde allí nos dirigimos hasta la plaza WALPLEIN. Esta bonita plaza, recoleta y llena de terrazas de bares y cafeterías invitaba a sentarse en alguna de ellas. Pero todavía era muy temprano para degustar una cerveza, pero solo decidimos visitar la la cervecería DE HALVE MAAN (“La Media Luna”) donde se fabrica la cerveza Brugse Zot, y que se encuentra en esta plaza. El nombre de esta cerveza proviene del sobrenombre de los brujenses “los locos de Brujas”. Este curioso sobrenombre procede de la leyenda que cuenta que una de las visitas de Maximiliano de Austria a Brujas, sus habitantes lo recibieron con bufones, arlequines y otros personajes alocados, lo cual le pareció como un acto de locura por parte de la ciudad. También en esta plaza se puede disfrutar de la vista de la obra escultórica ‘Zeus, Leda, Prometeo y Pegaso visitan Brujas’, que no es más que un homenaje a los cocheros de Brujas. El viento arreciaba y las gotas de lluvia eran cada vez más frecuentes y molestas en nuestro paseo. Dado que no llevábamos paraguas, empezamos a pensar en comprar alguno si el tiempo seguía en esas condiciones. Volvimos sobre nuestros pasos de nuevo a la calle Wijngaardplein y en una tienda de recuerdos de la ciudad pasamos y compramos un paraguas. La duda: ¿plegable o no plegable? El primero era más cómodo de llevar; el segundo, nos cubría más, aunque era más incómodo de transportar. Nos decidimos por el segundo. Seis euros nos costó un paraguas de madera con los principales edificios de la ciudad impresos en su tela azul. Salimos nuevamente a la calle y abrimos nuestro paraguas y no habíamos andado cincuenta pasos cuando las gotas cesaron y el viento amainó un poco. Lo voy a decir porque tengo que decirlo: no volvimos a abrir el paraguas hasta el día que fuimos a Amberes. Llegamos a STOOFSTRAAT, una de las calles más estrechas de Brujas. Se ha transformado en un espacio para tiendas turísticas. Es una calle que hace siglos se utilizaba como zona de para aliviar la vejiga dado lo escondido de la misma. En este callejón, dicen muchos viajeros, se encuentra una tienda pequeña, pero encantadora, que vende chocolate de fábrica. Barato y a buen precio, aunque algunas de las piezas que vimos en el escaparate tenían formas un poco escabrosas. Un poco más arriba llegamos al SINT-JANSHOSPITAAL, una imponente y sobria construcción medieval que, en la actualidad, no solo guarda en su interior valiosos objetos que hablan de cómo era la vida en esta institución sino además algunas de las obras maestras del más destacado de los pintores primitivos flamencos, HANS MEMLING. La colección no es muy extensa, pero su valor es incalculable. Aquí están por ejemplo el tríptico de La adoración de los Magos, el retablo de San Juan Bautista y San Juan Evangelista o el Santuario de Santa Úrsula. A escasos metros de este magnífico edificio medieval se alza majestuosa ONZE-LIEVE-VROUWEKERK. Esta iglesia se construyó entre los siglos XIII al XV, con un diseño original seguía el estilo románico de la época, que se transformó al gótico que se reflejó en su descomunal y espectacular aguja de casi 123 metros de altura, que es la estructura más alta de la ciudad. La iglesia tiene dos entradas (que están en sus dos fachadas laterales). La del lateral izquierdo es la entrada general al templo (no hay que pagar). La del lateral derecho da también acceso al templo, pero también se puede admirar otras obras entre las que destacan la Madonna de Miguel Ángel y los sepulcros de María de Borgoña y su padre Carlos el Temerario. En el sepulcro de la primera, se encuentra una pequeña caja de plomo que contiene el corazón de su hijo Felipe el Hermoso. Tras la visita, nos dirigimos hacia el BONIFACIUSBRUG, un puente encantador de principios del siglo XX a pesar de su apariencia envejecida, conocido como el “puente de los amantes”. Pasamos por el ARENTSHUIS MUSEUM, instalado en una soberbia mansión del siglo XVIII que da al canal Dijver y especializado en pintura local. Para nosotros, lo más interesante fue contemplar en el coqueto y agradable jardín del museo las esculturas de 'Los cuatro jinetes del Apocalipsis', representación alegórica de la guerra, la muerte, la revolución y el hambre, obra moderna del artista Rik Poot. También pasamos en nuestro camino hacia el centro de la ciudad por el GROENINGEMUSEUM o Museo Comunal de Bellas Artes, que posee una fabulosa colección de obras de los antiguos maestros y holandeses, como Roger van der Weiden, Jan Van Eyck o El Bosco, entre otros.
La enorme aguja de Onze-Lieve-Vrouwekerk nos perseguía allá donde fuéramos; simplemente girar la cabeza y allí estaba presente, sirviendo de decorado a otros muchos decorados. Siguiendo la misma calle y canal, ambos de nombre Dijver, llegamos al PUENTE DE SAN JUAN NEPOMUCENO, que debe su nombre a una estatua allí colocada en honor a Jan Nepomuk (San Juan Nepomuceno), arzobispo de Praga y que fue ahogado en el río Moldava por negarse a revelar el secreto de confesión. Desde este puente divisamos por primera vez el Belfort o torre campanario de la ciudad, sobresaliendo por encima de los tejados. Justo enfrente de este puente está la CASA DE ESPAÑA, que perteneció a un comerciante de Burgos. Y, lo mismo que en las películas que la música y el encuadre te va acercando a la escena definitiva, así nos fuimos nosotros aproximando al rincón más fotografiado de Brujas y uno de las más bonitos: ROZENHOEDKAAI, traducido como “Muelle del Rosario”. Es un lugar concurrido a todas horas, tanto por su belleza como porque desde aquí salen los barcos que recorren los canales que le dieron riqueza y prosperidad a la ciudad. La estampa que se observa es cautivadora: una serie de edificios de piedra, con sus pináculos puntiagudos y multicolores, con el canal que corre a sus pies y con el Belfort de telón de fondo. Dejamos este escenario de película y nos dirigimos a zonas menos prosáicas aunque fueron de total utilidad en tiempos pasados a los habitantes de esta ciudad. Así llegamos a la PLAZA DE LOS CURTIDORES, que es una plaza peculiar, distinta, casi habría quien diría que es más patio que plaza; de hecho, en su origen la plaza tenía puertas. Es aquí donde los curtidores ejercían su profesión, que consistía en convertir en cuero las pieles mal olientes de los animales. En una esquina de la plaza hay un pequeño relieve donde se ve la cabeza de un hombre con el gesto como si estuviera percibiendo un olor muy desagradable, hecho que recuerda el origen de esta plaza. Y prácticamente, al lado, otra plaza característica por su olor, el VISMARKT o Mercado de Pescado, que aún hoy en día abre sus puestos todas las mañanas de martes a sábados. El resto de horas y días sin mercado, los puestos son ocupados por pintores que exponen a la venta sus obras. Continuamos nuestro paseo por la calle Groenerei hasta llegar al Meebrug, donde, si hasta ahora era la aguja de Onze- Lieve-Vrouwekerk la que nos perseguía por todas partes, ahora era la figura estilizada del Belfort la que se nos mostraba orgullosa en cada rincón. Las vistas desde el puente de Meestraat eran espectaculares. Groenerei o “Muelle Verde” esuno de los ejes más representativos de la ciudad. Sus aceras están exclusivamente reservadas para peatones y corren junto al canal del mismo nombre. Como curiosidad fatal tenemos que comentar que no pudimos ver al famoso perro Fidel asomado a la ventana trasera de un hotel que da al canal. Incluso, la ventana de sus siestas estaba cerrada. Este labrador, que saltó a la fama tras su aparición en la película “Escondidos en Brujas”, pasa largas horas de su vida perruna, bien echando la siesta, bien viendo pasar las embarcaciones cargadas de turistas. Quiero recordar que a estas alturas de la mañana -ya pasaban de las doce- seguíamos con el paraguas cerrado y colgado en la muñeca. Continuamos un poco más adelante hasta contemplar la llamada CASA DE DIOS “EL PELÍCANO”, antigua vivienda destinada a atender a enfermos y personas mayores. Este tipo de casas de acogida eran promovidas por algunos de los más poderosos y ricos gremios. Así, llegamos al final de la calle Groenerei, y como ya dije anteriormente, el cuerpo ya iba pidiendo un descanso y un pequeño refrigerio. Así que decidimos cruzar el de Predikherenbrug y sentarnos en la Brasserie Uilenspiegel a tomar unas cervezas. Nos sentamos en la terraza, eso sí, bajo una estufa que había colgada en la pared pues el día no estaba para hacer palmas, aunque no había vuelto a llover y el viento se había calmado un poco. Pedimos dos pintas de Brugse Zot, cerveza elaborada en la ciudad, una rubia y otra tostada, cada una en su correspondiente copa específica para la marca de la cerveza. No pedimos nada de comer pues lo único que servían eran platos de menú y, nosotros, aún no teníamos apetito. Sin embargo, las cervezas nos supieron a gloria.
Tras esta breve parada, volvimos sobre nuestros pasos hasta el Mercado del Pescado, con la torre del Belfort permanentemente en el horizonte, para girar por la calle Blinde-Ezelstraat (traducido sería algo así como “Calle del Asno Ciego), una especia de calle-pasadizo desde la que se llega a Burg. Si levantamos la vista y nos fijamos en las estatuas que coronan el arco, muchos compatriotas las equiparan a los palos de la baraja española “el rey de espadas” y la que hay a la derecha a la “sota de bastos”. Sentido del humor que no falte. Al final de esta calle-pasadizo se abre un arco que se encuentra en el palacio Brugse Vrije, que nos da acceso a una verdadera explosión de edificios y espacios, a cuál más espectacular y bonito. El BURG es el lugar donde nació la ciudad de Brujas. Fue aquí donde Balduino I "Brazo de Hierro" levantó el primer castillo. Si por algo se caracteriza y llama la atención la Plaza Burg es por la gran variedad de estilos arquitectónicos que podemos encontrar en ella, nada más y nada menos que casi un milenio de historia de la arquitectura. En el lado norte de la Plaza Burg nos llamará la atención un gran solar arbolado. Se trata del vacío que provocaron las tropas napoleónicas en 1799 cuando destruyeron la antigua Catedral de San Donato, un edificio de época carolingia erigido poco tiempo después de la fundación de la ciudad y que con su destrucción desaparecieron otros muchos tesoros, como la tumba del pintor flamenco Jan van Eyck, o la del humanista y filósofo valenciano Juan Luis Vives. En una esquina de la plaza se encuentra la BASÍLICA DE LA SANTA SANGRE (HEILIG BLOED), que es el edificio más antiguo que se conserva en Brujas, del siglo XII, al menos la capilla inferior, de estilo románico y dedicada a la advocación de San Basilio. Sobre esta capilla se ha reconstruido otra muy diferente, de estilo neogótico del siglo XIX, ya que la que había anteriormente también había sido destruida por las tropas francesas. La basílica de la Santa Sangre son en realidad dos pequeñas capillas, en una de las cuales, la situada en un plano inferior, se venera la ampolla que, según la tradición, contiene sangre de Jesucristo que fue recogida al pie de la cruz por su tío Juan de Arimatea. Hay varias leyendas acerca de cómo llegó esta reliquia a Brujas, todas ellas relacionadas con las Cruzadas; en una de ellas tiene algo que ver el guerrero dorado que está a la izquierda de la puerta de entrada a la basílica. La capilla es de acceso libre, mientras que para visitar la cámara del tesoro hay que abonar 1,5 €. Un poco más a la izquierda, según se mira desde el centro de la plaza, se encuentra el AYUNTAMIENTO, edificado a finales del siglo XIV y presenta una gran fachada que se caracteriza por su clara verticalidad en las formas y que realza su silueta gracias a tres esbeltas torres. Es el ayuntamiento más antiguo de Bélgica. La fachada del Ayuntamiento está decorada con esculturas, pero las que ahora se ven no son las originales, que fueron destruidas por los franceses durante su ocupación de Brujas en tiempos de la Revolución. A la izquierda de este, podemos admirar el CIVIELE GRIFFIE, donde se aloja el palacio neoclásico BRUGSE VRIJE, construido en el siglo XVI y donde se emplazaban las cortes judiciales, que actualmente sirve como sede para los archivos de la ciudad. Las estatuas decorativas fueron destrozadas, junto con las del Ayuntamiento durante la ocupación francesa, aunque posteriormente fueron renovadas. En la actualidad, el edificio queda bellamente rematado por las estatuas de bronce que representan a la Justicia, a Moisés y a Aarón. En la esquina opuesta se encuentra el MUSEO HET BRUGSE VRIJE, antiguo palacio de Justica. Y en el extremo opuesto, cerrado la plaza en dirección al Grote Markt, está el PALACIO PROOSDIJ, construido en el siglo XVII para servir de residencia al obispo de Brujas. En un lugar central de la zona arbolada donde estuvo la antigua catedral de San Donato se encuentra la ESCULTURA “LOS AMANTES”, que nos presenta dos figuras, un hombre y una mujer, que están a punto de besarse mientras se toman de la mano. Él cubre su rostro con una máscara veneciana, parece un personaje típico del carnaval veneciano; ella se deja envolver en una suerte de velo que expresa un movimiento armónico. En distintos sectores de la pieza se encuentra garabateada la palabra “Amor” en distintas lenguas. Desde toda la plaza es imposible levantar la cabeza y no ver la elegante torre del Belfort. Es omnipresente en todos los ángulos.
Desde aquí nos trasladamos a la GROTE MARKT, pero antes nos detuvimos brevemente para visitar el BIERMUSEUM, aunque no nos tomamos nada pues hacía poco tiempo que habíamos parado a eso. La Grote Markt es la Plaza Mayor de la ciudad y su nombre se debe al mercado que se celebra cada sábado por la mañana y que algunas tradiciones remontan al siglo X. Su importancia es enorme para la historia local por haber sido el centro de la vida política durante siglos y donde se ubicaban distintas sedes de gremios. Se trata de un impresionante espacio abierto rodeado de edificios del siglo XVII y presidido por el Belfort desde uno de los laterales. En el centro se encuentran las estatuas de Jan Breydel y Pieter de Coninck, dos dirigentes gremiales del siglo XIV que encabezaron la rebelión contra los franceses. En el lado oeste destacan las casas que ocupan los números 12 y 13. En la esquina opuesta a la Sint Armandstraat, está la fachada más antigua de la plaza que se remonta a finales del siglo XV; es el BOUCHOUTE HUIS, de ladrillo rojo, donde vivió Carlos II de Inglaterra durante parte de su exilio. Muy cerca podemos ver la CRAENENBURG, con fachada neogótica que sostiene una torrecilla y donde, en 1488, los burgueses de la ciudad tuvieron prisionero al emperador Maximiliano de Austria. Otro de los increíbles edificios que conforman esta plaza es el PROVINCIAAL HOF o Palacio del Gobierno Provincial. Su escalera de acceso está flanqueada por dos leones de piedra, animal símbolo de la ciudad. A su derecha, con la fachada de ladrillos anaranjado, está la CENTRAL DE CORREOS, un edificio de estilo neogótico construido a finales del siglo XIX buscando cerrar la plaza por ese lado en armonía con el resto del conjunto. Y para rematar el HALLEN, antiguo mercado del paño ubicado en un sobrio edificio del siglo XIII. En el centro de la fachada hay una pintoresca balconada en la que puede verse una 'Virgen con el Niño'; desde aquí se daban los avisos importantes a la población congregada en la plaza tras acudir al sonido de las campanas de la gran torre Belfort. Es un edificio rectangular con un gran patio interior al que dan las cuatro estrechas naves que lo forman. Hoy en día en una de sus alas se encuentra la DALÍ EXPO GALLERY, una sorprendente exposición que reúne numerosos dibujos, pinturas y esculturas del genial artista. Y adosado al Hallen, el BELFORT (también llamado cariñosamente “Belfry”). Es una torre medieval de estilo gótico dedicada a salvaguardar los tesoros y archivos de Brujas y utilizada como punto de observación de la ciudad, desde donde prevenir fuegos y otros peligros, gracias a la magnífica visión de la ciudad. El Belfort es el símbolo más popular de la ciudad y quizás el más bello de toda Bélgica. Tiene un carrillón con cuarenta y siete campanas y una altura de ochenta y tres metros. El síndrome de Florencia se estaba apoderando poco a poco de nosotros. Y fue a la sombra de esta inmensa y bellísima mole donde decidimos hacer otro breve alto para descansar, beber y comer algo que nos permitiera terminar de visitar lo que teníamos planeado. Y en un pequeño quiosco compramos unas latas de cerveza Jupiler y pedimos unas patatas fritas y unas salchichas a la plancha y nos sentamos en un banco de la plaza a continuar admirando lo que teníamos ante nuestros ojos. Por diez euros nos fuimos comidos y bebidos.
Cubiertas nuestras necesidades más básicas, enfilamos la calle Vlamingstraat. Al volver la vista hacia la Grote Markt, el encuadre del Belfort es impresionante, emerge como un geiser poderoso del centro de la tierra. Continuamos por la calle hasta llegar al STADSSCHOUWBURG o Teatro Municipal. Tiene una preciosa fachada de sobrio estilo neo renacentista. Frente a esta fachada se encuentra la estatua de PAPAGENO, un personaje de la famosa ópera de Mozart "La flauta mágica”. Papageno es un cazador de pájaros y como tal se le representa: su traje tiene la cabeza y las alas de las aves, y su mano está sosteniendo 3 aves capturadas en una jaula de pájaros pequeña. Una partitura en bronce de la pieza del propio Mozart está colocada en la pavimentación de la pequeña plaza al otro lado de la calle. Seguimos caminando y casi al final de la calle, nos encontramos con dos ejemplos magníficos de casas medievales. Por un lado, la SAAIHALLE o Logia de Genoveses, hogar de una importante familia de comerciantes genoveses que se instaló en Brujas para administrar sus negocios en el extranjero. El edificio, de un potente estilo gótico, comenzó a construirse a principios del siglo XV. Hoy en día es la única casa de comerciantes extranjeros que queda en la ciudad. Justo al lado está la TER BEURZE, en cuyos bajos había una posada que es historia viva de la economía mundial. Todavía hoy puede leerse en la puerta la inscripción "Ter Beurse 1276". Pues bien, en esa taberna y en la plaza que hay delante se reunían los mercaderes desde el siglo XIII para comprar y vender títulos y otros instrumentos financieros. Aquí, pues, nació la Bolsa, y de ahí, de Ter Buerse, es de donde le viene el nombre. Desde aquí continuamos por Academiestraat donde, a unos 100 metros se abre la plaza Jan Van Eyck, presidida por la POORTERSLOGE, también llamada Logia de Ciudadanos. Este magnífico edificio de aspecto consistorial y estilo gótico tardío fue construido entre finales del siglo XIV y principios del XV. Es el edificio más sobresaliente de la plaza, el lugar en el que los ricos burgueses de Brujas se reunían con los comerciantes extranjeros para hacer sus negocios. Resulta curioso ver en una de las esquinas de su fachada una pequeña escultura de un oso, significado homenaje que rinden los brujenses a su primer habitante que, según la tradición, fue un oso. Ya en la Jan van Eyckplein contemplamos la CASA NATAL DE JAN VAN EYCK, donde actualmente se ha instalado una oficina de información regional. Cabe destacar también la estatua dedicada a Jan van Eyck, pintor flamenco cuya obra anuncia la llegada del Renacimiento a Europa. Y frente a la estatua, nos encontramos con una novedosa obra actual. La ESCULTURA “BALLENA” se yergue sobre los canales de Brujas. Esta gigantesca escultura es algo más que una representación de una ballena; el animal se ha construido con residuos recogidos de la sopa de plástico que flota en los mares y océanos de todo el mundo. Desde aquí, nos acercamos un momento a la calle Genthof para observar una CASA CON LA FACHADA DE MADERA. Solo existen en la actualidad esta y otra más cerca del puente de Bonifacio, ya que estas casas con este tipo de fachada eran pasto fácil de las llamas. Al principio de esta misma calle, a la izquierda se abre una pequeña plaza, Oosterlingenplein, en cuyo centro se encuentra ubicada una ESCULTURA DE HANS MEMLING, pintor de origen alemán pero que desarrolló en Brujas la casi totalidad de su obra, custodiada en el Sint-Jan Hospitaal, del que hablamos al principio de esta entrada.
Desde aquí iniciamos el camino de vuelta hacia la estación del tren. Así regresamos a la Grote Markt y tomamos la calle Hallestraat, giramos por la calle Oude Burg para encontrarnos con el PRAALBOOG PRO PATRIA, puerta dedicada a los soldados caídos de guerras mundiales en la ciudad. Continuamos nuestro camino hasta llegar a la deliciosa plaza de Simón Stevinplain, donde nos encontraremos la estatua de homenaje a uno de los hijos de la ciudad, al matemático e ingeniero SIMÓN STEVIN, subido a un alto pedestal, nos muestra alguno de sus logros: la célebre cadena con la que se dedujo el principio del plano inclinado, o el compás que nos muestra el oficio de geómetra. Tras las correspondientes fotos, seguimos acercándonos a la estación del tren por la calle Steenstraat hasta llegar a SINT-SALVATOR CATHEDRAAL, que es la iglesia más antigua de Brujas, levantada entre los siglos XII a XV. Construida inicialmente como iglesia parroquial, se convirtió en catedral de Brujas a finales del siglo XVIII, cuando el ejército francés destruyó la anterior. De este enorme edificio de ladrillo, destaca su robusta torre, de 100 metros de altura, con torrecillas angulares. Su interior, de influencia gótica, es amplio y luminoso, con naves de techos muy elevados. Sin embargo, el púlpito era menos espectacular que otros que habíamos visto en otras iglesias belgas. Tras la visita, continuamos caminando por la calle Zuidzandstraat hasta llegar a la plaza ‘T ZAND, el espacio más gran de la ciudad y sirve de nexo entre la ciudad antigua y el siglo XX. En el centro de la plaza hay una fuente con cuatro grupos de estatuas, que representan escenas del pasado de la ciudad. Cerrando uno de los extremos de la plaza, encontramos el imponente edificio del CONCERTGEBOUW. El nuevo y moderno auditorio de conciertos, construido en 2002 es un edificio, llamativo por el alto contraste que produce con el resto de la ciudad antigua t que destaca por sus grandes dimensiones. Finalizaba ya nuestra visita. Recorrimos la larga y encantadora calle Westmeer, repleta de casitas de una sola planta y reducidas dimensiones, de tejados pronunciados y fachadas blancas hasta llegar a la Central Station de Brujas, alrededor de las seis de la tarde, con nuestro paraguas totalmente cerrado y seco. El viaje de vuelta fue relajante, con un tren con escasos viajeros, lo que nos permitió ir rememorando todos y cada uno de los grandes monumentos que tiene esta ciudad de ensueño.
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