jueves, 16 de julio de 2020

TUI: EL GRANITO TRANSFORMADO EN ARTE

Vista general de la ciudad
Tui es una tranquila ciudad encantadora, con un casco histórico –y no tan histórico– amable, apacible y silencioso, aunque algunas de sus numerosas callejuelas alcancen fuertes pendientes en busca de su ansiado encuentro con el río Miño que discurre lentamente a sus pies camino de su tranquila desembocadura. Es una ciudad que ya habíamos visto prácticamente en su totalidad en anteriores visitas, pero que la puesta en marcha de una nueva ruta judía de la ciudad nos animó a volver a pisar sus piedras. A este viaje se apuntó mi hijo Víctor, que quiso recordar su casi olvidada querencia a conocer las viejas historias de las piedras que pueblan las ciudades y nos cuentan con todo lujo de detalle su vida pasada, unas veces tranquila y apacible y otras convulsa y agitada.
Alegoría de la ciudad de Tui
Salimos de Gondomar temprano, apenas pasadas levemente las ocho y media de la mañana y recorrimos con buena marcha los escasos veinte kilómetros que nos separaban de Tui. Nuestro interés no era otro que evitar el fuerte calor las horas centrales del día que habían anunciado previamente los servicios de meteorología. Aparcamos el coche en la plaza de Galicia, a pocos metros de la rotonda en cuyo centro se asienta el grupo escultórico llamado ALEGORÍA DE TUI y que iba a ser el comienzo de nuestra visita. Esta escultura realizada en 1985 por Maxín Picallo es un homenaje a los tudenses. Sin embargo, la voz popular, a veces tan exitosa y a veces tan cruel, ha bautizado a este grupo y su lugar como "SIDA", en referencia a los personajes apiñados uno encima del otro. No obstante, este conjunto monumental responde a un simbolismo que gira en torno a la ciudad de Tui: "1. La figura más destacada debe interpretarse como un líder celta, en una actitud de arrastre, como si tirara, y, al mismo tiempo, indicando el camino. Termina en un salto al vacío que simboliza el futuro; 2. También está el gaitero, en actitud de caminante, formándose junto con el resto, expresa el folklore gallego; 3. La pareja de hombre y mujer, el primero lleva dos guijarros, uno en cada mano, tratando de provocar una "chispa" para el fuego del sacrificio ordenado por el druida. La mujer sostiene el molino en la mano. Ambos caracterizan a los celtas; 4. Luego, un guerrero caído simboliza la Edad Media, plagada de mártires, guerreros derrotados, encuentros históricos, etc.; 5. El monumento termina en un petroglifo, insinuando el núcleo central al inicio de nuestra cultura; 6. La otra parte del monumento se descompone en tres figuras entrelazadas, todas jóvenes, inclinadas y estirando la mano, levantando y avanzando con una columna en el medio y un joven tallando una capital; Queremos expresar la riqueza
A los Represaliados de la Guerra Civil
arquitectónica e histórica de Tui, la antigua capital del reino de Galicia. 7. La figura central lleva en su mano algunos pergaminos que representan la cultura
“. La obra está concebida en forma de carro o proa de un barco alto, buscando el futuro, descomponiéndose en cuatro conceptos: trabajo, arquitectura, cultura y folklore. También podemos ver el escudo de Tui, aunque no en su representación heráldica tradicional. La luna es llevada por el líder celta en su mano y las tres estrellas se ven, de manera abstracta, en el núcleo central del monumento." Dado lo temprano de la hora y del escaso tráfico que circulaba en esos momentos por la rotonda y calles adyacentes, pudimos rodear y acercarnos con tranquilidad la escultura por todas sus caras para tratar de ver la explicación de la misma que habíamos encontrado en internet. Cubierto este objetivo, continuamos por la rúa Betanzos hasta llegar a la ESCULTURA DE JOSÉ CALVO SOTELO. La estatua del político mide tres metros y medio de altura, está esculpida en piedra blanca de Mañufe y se emplazó cerca de la casa natal del homenajeado. A escasa distancia de ésta se encuentra un conjunto escultórico
Iglesia de Santo Domingo
dedicado a la FAMILIA. Como telón de fondo de ambas esculturas, se colocaron piedras de valor histórico enviadas desde diversos lugares de España, que todavía se conservan. La más valiosa es el antiguo escudo coronado de Tui donado para este fin por el fotógrafo tudense Gonzalo Gutiérrez. Este escudo se hallaba en la finca del antiguo edificio del Casino. Hay que decir que la escultura de Calvo Sotelo ha sido vandalizada varias veces por jóvenes nacionalistas gallegos. Desde allí cruzamos el Paseo da Corredera hasta llegar a la Glorieta de Vigo, acceso principal a los Jardines de Troncoso, donde se encuentra el MONUMENTO A LOS CABALLOS, una escultura de tres caballos realizada por el escultor tudense más internacional, Juan Oliveira, que recuerda la existente en Vigo. Desde aquí continuamos por uno de los viales del parque hasta llegar al MONUMENTO A SÓCRATES, dedicado al profesor de dibujo y modelado Benito Prieto Coussent, que ejerció en el primer Instituto de Secundaria que tuvo Tui, en lo que hoy es Museo de Santo Domingo en los años previos a la guerra civil, pero que  sigue vivo en la memoria del alumnado que tuvo y al que encaminó en la búsqueda de ideales, fiel al pensamiento socrático. "La mejor manera de vivir es practicar la justicia y la virtud" es uno de los tres pensamientos del enigmático filósofo Sócrates que figuraban en el pedestal del busto de granito, hecho de una sola pieza, que se colocó un mes de mayo de 1936 en los jardines de Santo Domingo, y que tres meses después, víctima de la ignorancia y de la represión franquista, desaparecía del lugar, dicen que para echarlo en la profundidades del río Miño. Continuamos internándonos en los jardines hasta llegar a una de las esquinas del parque, en una pequeña glorieta frente a las gradas de un
Casa da Vara
pequeño auditorio. Allí se encuentra ubicado el MONUMENTO A LOS REPRESALIADOS POR EL FRANQUISMO, conjunto escultórico de dos volúmenes en granito rosa. Uno de ellos está formado por un bloque cuadrangular de tres piezas perforadas en el centro con una silueta humana, el otro es el hueco que representa la silueta. Ambos volúmenes se tratan de manera diferente, por lo que el cuadrangular muestra en una de las caras una epidermis escamosa que le da al elemento un juego de luces dependiendo de cómo afecta la luz solar y, por lo tanto, crea un efecto de movimiento. El mismo volumen presenta en los lados las marcas de los taladros y en el lado opuesto muestra un tratamiento rudo. Por el contrario, la silueta se presenta con una superficie lisa. El monumento fue erigido en 1999 en memoria de las víctimas del golpe de estado de julio de 1936. Desde aquí, las vistas del río Miño y del caserío tudense abrazando la catedral que corona la suave loma que lo corona son encantadoras y muy recomendadas para pasar un rato de absoluta tranquilidad a la sombra de las arboledas que se desparraman hasta la orilla del río. Con paso lento nos encaminamos hacia el CONVENTO E IGLESIA DE SANTO DOMINGO, uno de los ejemplares de estilo gótico que nos dejó la orden de los Dominicos. Aunque inicialmente se levantó fuera del recinto amurallado, la construcción de posteriores murallas lo sitúan dentro de la fortificación. Su arquitectura destaca por las cabeceras altas y esbeltas de planta poligonal con vértices de contrafuertes escarpados. Los paños murales están interrumpidos por largos ventanales con forma de arco decorados con guardapolvos de punta de diamante. La tradición románica está presente en la cornisa, sostenida mediante canecillos. La portada de Santo Domingo también presenta una tendencia al estilo románico. Los dos pares de
Seminario e Iglesia de San Francisco
columnas y las mochetas soportan un tímpano con la escena de la Adoración de los Reyes Magos. Estaba cerrado y no pudimos contemplar su interior en el que habíamos leído que destacan el retablo Mayor conocido como la Batalla de Lepanto, la escalera de caracol de forja, la restauración de los retablos laterales de la cabecera y la excavación arqueológica en el patio interior donde se localizaron los restos del antiguo claustro gótico. Desde aquí, siguiendo la rúa Antero Rubín llegamos hasta el cercano LAVADERO PÚBLICO, de corte actualizado y con una clara sensación de abandono. Y desde aquí, subiendo una ligera pendiente llegamos a la Plaza de la Armada Española, donde destaca poderosamente la llamada CASA DA VARA. Su nombre proviene de una columna en la esquina del inmueble utilizada, según el pueblo, como vara de medir. Es una antigua casa-tienda gótica situada en la antigua plaza del Arco. Sobresale la ventana ajimezada de su planta baja que la hace única. Los huecos quedan ornamentados con arcos conopiales y elementos vegetales y zoomorfos relacionados con la actividad comercial, una botica medieval. Una de las pequeñas ventanas superiores cuenta con una cruz sobre su arco conopial, ejemplo de la presencia criptojudía en la ciudad en el siglo XVI. En la piedra superior del dintel de la puerta hay labrado una especie de báculo. Enfrente de esta casa, en el espacio triangulado de la plaza destacan el CRUCEIRO, que preside orgulloso el centro de la misma, a pesar de ser una obra del siglo XIX, elegante y clasicista, traída del antiguo cementerio a su emplazamiento actual. En el extremo más amplio de la plaza se encuentra el ANCLA DE LA FRAGATA ANDALUCÍA, navío que estuvo en servicio entre los años 1974 y 2005. Desde aquí, subimos la suave pendiente de la rúa Tyde y pasamos por delante de la llamada TORRE DO XUDÍO
Su nombre proviene de la presencia de familias judías junto a este tramo de la muralla fernandina edificada en el año 1170. La torre medieval quedaría integrada a partir del siglo
Patio de la Sinagoga
XVIII dentro del recinto de la residencia de los Blanco-Cicerón, importantes miembros de la hidalguía tudense. La casa es conocida popularmente como la “Casa Negra”, hoy transformada en un acogedor hotel lleno de historia como refleja el escudo de armas de su fachada y con un encantador patio trasero. Y como ya iba siendo hora de hacer un pequeño descanso y desayunar algo, poco después de las diez de la mañana nos sentamos en la terraza del CAFÉ BOBY, a la sombra del quiosco de música situado en la plazuela que se abre entre la rúa Ordóñez y el Paseo da Corredera. Pedimos sendos cafés con media tostada de aceite y tomate, en los envases minúsculos que se han puesto de moda con el problema del COVID-19. Algo menos de cinco euros pagó mi hijo por ambos desayunos, tras los cuales continuamos camino para ver la fachada en ruinas de la CASA NATAL DE JOSÉ CALVO SOTELO, cuyas puertas y ventanas se encuentran tapiadas. Solo conserva una placa informando de que en ella nació este político asesinado en 1936, en los días previos al comienzo de la Guerra Civil. Volvimos sobre nuestros pasos hasta pasar por delante del SEMINARIO MENOR DIOCESANO, situado al lado de la Iglesia de San Francisco, que en la actualidad acoge un pequeño claustro y una interesante biblioteca. Entre las fachadas de ambos edificios se encuentra la reciente ESTATUA AL PÁRROCO RICARDO GARCÍA, uno de los curas más queridos de la ciudad, canónigo de la Catedral y profesor del Seminario Menor, fallecido en 2017. El busto fue sufragado por suscripción popular. Unos pasos más arriba destaca la prestancia de la IGLESIA DE SAN FRANCISCO, que con su blanca fachada es una perfecta muestra de equilibrio y sobriedad. La iglesia de estilo neoclásico con tres naves posee en su interior una hermosa cúpula, un amplio coro, un retablo mayor de 1741 y la capilla de la Venerable Orden Tercera, construida en 1777 en un lateral a los pies del templo. Formó parte de un convento franciscano. Una vez que salimos del interior de la iglesia, nos fijamos en una pequeña plaza situada en la acera de enfrente cerrada por un notable edificio donde se ubica en la actualidad la Policía Municipal, ante el cual se perfila la ESTATUA DE FRAY ROSENDO SALVADO, misionero benedictino tudense en Australia –donde reposan sus restos– y obispo en Puerto Victoria. La literatura, la
Porta da Pía
botánica y la música fueron algunas de las artes que practicó el religioso, que fue el que introdujo en España el eucalipto, lo que ha causado no pocos problemas. Su defensa por los derechos de los aborígenes australianos le llevó a renunciar a los obispados de Puerto Rico y Lugo. Hasta solicitó ser declarado aborigen australiano por el gobierno de Inglaterra para poder defenderlos mejor. La estatua está realizada en bronce, pero el conjunto monumental se completa con unos cisnes y una mujer con un niño a los pies del pedestal rodeados por un estanque. Volvimos a pasar de nuevo por el quiosco de música y el bar donde habíamos desayunado y comenzamos a subir la rúa Ordóñez para llegar a las MURALLAS Y MONUMENTO AL ARZOBISPO LAGO. Este espacio se llamaba antiguamente Plaza de la Verdura, teniendo su origen en los puestos de pescadería y carnicería instalados fuera de las murallas a finales del siglo XVI. En el año 1669 serían ampliados y mejorados con tinglados apoyándose en la misma muralla. Entre los años 1813 y 1824 sería realizado el nuevo mercado con la construcción de nuevos cubiertos. En el año 1972 serían derribados los tinglados para dar visibilidad a la muralla medieval, frente a la cual se puede contemplar el monumento al Arzobispo Lago, nacido en Tui y que fue arzobispo de Santiago de Compostela hasta su muerte en 1925.

Estábamos a pocos pasos de degustar el plato fuerte y motivo de nuestra visita, ya que rápidamente nos plantamos delante del antiguo PATIO DE LA SINAGOGA, situado a pie de la Porta da Pía, a la entrada de la ciudad, junto a la muralla, bajo protección real. Era el espacio de culto, de estudio de la Torá y de reunión de la comunidad judía. La palabra "pía" está relacionada con el baño ritual judaico o micvé, que se encontraba en el patio de la
Catedral. Nave central
sinagoga, único espacio que se conserva en la actualidad. A escasos pasos dimos con la PORTA DA PÍA, que era la puerta más importante de la ciudad. Toma su nombre de la pila del baño ritual judío que se encontraba en la contigua sinagoga. Se conserva parte de la torre sur y elementos de su cierre como los goznes de sus puertas o la guía del rastrillo. Continuamos por la calle del mismo nombre hasta llegar al edificio del CONCELLO, de corte moderno construido en granito. Enfrente, recién abierto tras el cierre obligado por la pandemia, el MUSEO DIOCESANO al que no entramos a pesar de costar un euro el acceso a sus dependencias. Se sitúa en el lado norte de la Catedral, en el antiguo Hospital de Pobres y Peregrinos del s. XVII, y fue inaugurado en el año 1756. Sus posesiones más importantes son los llamados Sambenitos, grandes piezas de tela del siglo XVII que son testimonio de las penitencias impuestas por el Santo Oficio a los herejes reconciliados con la iglesia, y son únicos en España. Este castigo público que la Inquisición imponía a los herejes, en este caso judaizantes, se colgaba en las iglesias perpetuando la infamia durante siglos siendo un obstáculo al ascenso social de las familias de origen judío de la ciudad. Junto al museo, se encuentra el ANTIGUO HOSPITAL DE PEREGRINOS, sito en la misma plaza de San Fernando, que en la actualidad alberga la Oficina de Turismo. Y desde aquí, subimos las escaleras que ascienden majestuosamente hacia la puerta de acceso de la catedral, cuyas arquivoltas y el magnífico tímpano que las corona son muestras importantísimas del gótico a nivel mundial.
Ánimas Benditas
Después de admirar la preciosidad en la labra de las puertas de madera que se abren a la nave central, nos dirigimos hacia el puesto de venta de entradas. El precio era de cinco euros por persona. Pero ¡oh sorpresa!, justo antes de pagar, el señor de las entradas nos pidió el código postal de la ciudad de la que procedíamos y al decirle el código de Gondomar, nos informó que nuestra visita era gratuita por ser feligreses de la sede catedralicia tudense. Nunca me había pasado nada parecido ni había oído algo semejante. Así, con la alegría en el cuerpo nos introdujimos en la penumbra luminosa de este precioso edificio. La CATEDRAL DE TUI se construye entre 1120 y 1180 gracias a concesiones de las reinas Urraca y Teresa de Portugal, y guarda grandes similitudes exteriores con otras catedrales portuguesas como la de Lisboa o la de Évora. Exteriormente la principal obra románica es la portada norte, un conjunto estructural en el cual se asoman de forma original los arcos de descarga combinándose para hacer un efecto único en el arte gallego. Sobre la puerta se dispone la figura de un obispo, San Epitacio, primer obispo de la diócesis, que descansa sobre un viejo capitel prerrománico reaprovechado del primitivo templo. La portada principal está considerada como el primer conjunto escultórico gótico de la península ibérica y está dedicado, como no podía ser de otro modo, a la Virgen. La
Tímpano de la portada principal de la catedral
portada está cobijada por un pórtico abovedado del siglo XIII en cuyos pilares delanteros aparecen el arcángel Gabriel y la Virgen respectivamente. Sin embargo, es la portada la que se lleva toda la atención del conjunto. En las jambas aparecen las esculturas de Moisés, Isaías, san Pedro y san Juan Bautista, a la izquierda, y Daniel, san Andrés, la reina Berenguela y el rey Alfonso IX, a la derecha, y sobre ellos se abre un gran arco ojival abocinado con decoración vegetal. En cuanto a los relieves, estos ilustran algunos pasajes de la vida de María relacionados con Jesús. Narrativamente comienzan de abajo a arriba y de derecha a izquierda: la Anunciación, el Nacimiento de Cristo, rematada la cama por un dosel –motivo orientalizante de gran originalidad­– y en el que san José aparece a un lado en actitud pensativa apoyado sobre su bastón, y el Anuncio a los Pastores, y continúan en el tímpano con la Adoración de los Magos. También aparece a la izquierda del tímpano la escena del rey Herodes cuando pregunta a los Reyes. Como remate de todo el conjunto hay una representación arquitectónica que se ha interpretado como la Jerusalén Celeste. Aún se pueden ver algunos restos de policromía que invitan a imaginar cómo fue en origen esta portada. En
Sala Capitular románica
el interior, de planta de cruz latina, tiene tres naves con transepto y tres capillas en la cabecera, y aunque ha tenido intervenciones posteriores guarda una gran unidad estilística en su arquitectura, ya que la decoración fue renovada siguiendo gustos barrocos. El cimborrio –que conserva la traza románica junto con el transepto– fue reconstruido en 1530 por Diego de Avellaneda, pero uno de los elementos que más llama la atención son los contrafuertes de la nave central, dispuestos a modo de tirantes. Los primeros son del siglo XV y el último de 1755, y vinieron a solventar el problema que aquejaban los muros románicos al tener que sustentar las altas bóvedas góticas, y también ayudaron a soportar el terremoto de Lisboa de 1761. Los capiteles que decoran esta parte del templo aportan una gran riqueza decorativa y una gran originalidad con escenas de la Epifanía, representaciones de los pecados, del demonio o una artística colección del bestiario medieval en el cual destaca la escena de un Sagitario disparando a una Harpía. En el exterior sus torres, sus almenas y sus estrechas aberturas en los muros, le dan un aspecto de gran mole pétrea, más similar a una fortaleza que a un templo. Donde primero nos dirigimos fue a contemplar los dos órganos barrocos de 1714, obra de Domingo Rodríguez de Pazos, que se encuentran junto al curcero. El órgano mayor está dedicado a San Telmo a caballo, patrono de la ciudad y de los navegantes. El órgano mediano se dedicó a Santiago Matamoros, figura también a caballo. La decoración de las cajas de estos órganos resulta curiosa, apareciendo elementos extraños como mazorcas de maíz o rostros de amerindios, o la figuración de amazonas y harpías, en un tono y disposición que las asemeja a la decoración de los mascarones de proa de los navíos del siglo XVIII. Desde aquí iniciamos una visita al templo comenzando la misma por la primera capilla de la izquierda o Capilla del Santísimo, que destaca por su armonía; fue construida entre 1419 y 1464; en ella se halla enterrado en rica yacija el obispo don Juan Fernández del Soutomaior, quien auspiciaría la construcción de la capilla bajo la cual se halla, y que se destaca en la imagen externa de la catedral como una verdadera torre del homenaje. En 1766 se realizaría el magnifico retablo rococó que preside la capilla. Continuamos nuestro paseo por la nave de la izquierda hasta llegar al Altar de Semana Santa, que se encuentra en el brazo izquierdo del transepto y en él se adoraba al Santísimo el Jueves Santo. Realizado en madera por Juan Luis Pereira en 1775, tiene tres cuerpos en altura precedidos por una escalera inspirada en la del Obradoiro de Santiago de Compostela. Tiene forma de baldaquino y lo remata una imagen de Cristo resucitado. Habitualmente hay una imagen de san Telmo en el primer cuerpo. Y así llegamos a la capilla que cierra el testero de la catedral y que flanquea la Capilla Mayor por su izquierda, la Capilla de Santiago con una curiosa representación de Santiago Matamoros, obra de 1696, realizada por el artista local José Domínguez. Por su parte, la Capilla Mayor y Coro presiden la nave central. El coro catedralicio estuvo situado hasta 1954 en la nave mayor. Sin embargo, ahora se dispone en la Capilla Mayor. Es una obra de 1699 realizada por
Torre de Soutomaior
Francisco Castro Canseco. La sillería alta está decorada por una colección de Santos Gallegos (San Rosendo, Santa Liberata, Santa Mariña de Aguas Santas, etc.) con la cátedra episcopal decorada por la figura de San Telmo policromada. La sillería baja tiene la representación de la vida del patrono de la Ciudad, San Pedro González Telmo, mientras que el guardapolvo (parte superior) se dispone la figuración de la vida de la Santísima Virgen María, titular del templo bajo la advocación de la Asunción. Cerrando el testero del templo por su parte derecha nos encontramos con la Capilla de San Pedro, con un retablo de 1713 obra de Domingo Rodríguez de Pazos. Este retablo tiene una interesante representación de las Ánimas Benditas, con el cielo, el infierno, el purgatorio y el limbo. En esta capilla se halla un sepulcro del siglo XIV, correspondiendo probablemente al obispo don Juan de Castro. Abandonamos esta capilla y nos dirigimos hacia la Capilla de San Telmo o de las Reliquias, que cierra el testero catedralicio en su parte derecha, situándose entre la capilla de San Pedro y el claustro. Sin embargo, no entramos en ella debido a que en ese momento se estaba celebrando misa. Por ello, decidimos continuar visita por el claustro y visitar esta capilla a la vuelta. El claustro es un espacio de gran belleza y armonía. Sería realizado en la primera mitad del siglo XIII, siguiendo pautas del gótico cisterciense, tal vez por contactos con el vecino monasterio de Santa María de Oia. La galería sur sería rehabilitada a comienzos del siglo XV, en la que se añadirían varios enterramientos y una torre en su extremo suroeste (torre de Soutomaior). Dentro del claustro también se halla la vieja sala capitular, románica del siglo XII. La existencia del claustro permitía diversas funciones: administrativa con la presencia de la Sala Capitular, funeraria con enterramientos de toda condición y cultural con capillas dispuestas en todo su ámbito. Además hay que añadir la función residencial, al ocupar parte del claustro el viejo palacio episcopal originado en el siglo XVI y conservado en su sobria fachada oriental. Hoy alberga el Museo Catedralicio y es el único espacio de pago del templo, pero merece la pena visitarlo porque es el único claustro original que se conserva completo en Galicia. Mis rodillas me aconsejaron no subir a la Torre de Soutomaior, a pesar de no ser demasiado elevada; sin embargo, mi hijo Víctor sí que se animó a subirla y disfrutar del maravilloso paisaje que se puede contemplar del caserío tudense con el Miño a sus pies. Mientras tanto, yo me dediqué a buscar en las
Menorá judía en el Claustro
piedras del claustro una menorá o candelabro de siete brazos grabado sobre la esquina oriental y junto a ella el nombre de un personaje de la comunidad judía de Tui, testimonio de la cooperación en la construcción de esta joya arquitectónica del siglo XIII. Yo la busqué con ahínco pero fui incapaz de localizarla. En la consecución de tal empeño me dirigí a la puerta de entrada al templo, al señor que vendía las entradas y le pregunté por dicha ubicación. Siguiendo sus consejos pude encontrarla y fotografiarla. Nada más acceder al claustro, la menorá está en la primera esquina, en una de las piedras situadas frente a la antigua sala capitular románica. Finalizada la visita al claustro volvimos sobre nuestros pasos para visitar la Capilla de San Telmo o de las Reliquias, donde ya había finalizado el oficio religioso. La capilla de San Pedro González Telmo se halla en el extremo suroriental de la catedral. Cronológicamente tiene dos partes: la primera realizada por el obispo de Tui y Sevilla don Diego de Torquemada en 1578, en la cual se hace enterrar. En el enterramiento del obispo aparece una escultura pétrea que lo representa en actitud orante, una inscripción en la parte inferior en la que se le menciona y, de fondo, una tabla en la que se ha representado la Resurrección. Una ampliación posterior de la capilla en 1732 creará un espacio de gran belleza arquitectónica, quedando rematada por una elegante cúpula barroca. Cerrando la capilla se encuentra el altar relicario en donde se recoge una extensa colección de reliquias, destacando el busto de plata sobredorada de San Telmo (1777) y las cabezas de plata de San Antimio, San Binardo, San Abundio y San Valerio, todas ellas del siglo XVI. A la derecha, junto al arco de salida, se abre otro en el que se representa a santa Liberata. Desde aquí, nos dirigimos, ya por la nave de la derecha, hacia el retablo de la Expectación, obra de Antonio del Villar datada en 1722. Sin embargo, la imagen que hoy ocupa el camarín central no pertenecía al retablo y fue situada ahí en el siglo XX. Es obra de Alonso Martínez Montánchez de 1601 y representa una Virgen embarazada al estilo de las iconografías medievales que Trento rechazó, pero que en ciertas zonas siguieron teniendo bastante devoción. Sobre este camarín aparece la Virgen del Pilar y, en diversos tondos, escenas de la vida de la Virgen (la Visitación, la Anunciación, la Adoración de los Reyes Magos, la Presentación en el Templo y la Adoración de los Pastores). En el cascarón superior y rematando el conjunto aparece la Trinidad, rodeada de figuras orantes. Finalizamos la visita, entrando al Museo Catedralicio, ubicado en el espacio que originariamente ocupaba la Capilla de Santa Catalina. El museo está formado por las piezas que componen el tesoro
Museo de la Catedral.Sanbenito
catedralicio, guardando una importante colección de cálices, cetros procesionales, ornamentos sagrados y numerosas imágenes. Cabe destacar la custodia del asiento realizada por el orfebre Juan de Nápoles Mudarra en 1602, una imagen en madera policromada de la Virgen con el Niño conocida como La Patrona que data de finales del s. XIV, un copón de coco del s. XV y un fragmento del primitivo retablo mayor de piedra caliza de 1520.
Muchas de las piezas de plata que se conservan en el Museo fueron realizadas por artesanos plateros como Abrahán, Jacob o Pero Amín, entre otros. Los retablos barrocos que en ella se guardan tienen un gran valor; el mayor esta presidido por santos de la orden benedictina (San Anselmo, San Benito y San Mauro) y coronado por la santa titular de la capilla (Santa Catalina de Alejandría) acompañada de Santa Gertrudis y Santa Teresa de Ávila. También nos resultaron interesantes la colección de Sambenitos, grandes piezas de tela del siglo XVII que son testimonio de las penitencias impuestas por el Santo Oficio a los herejes reconciliados con la iglesia, y son únicos en España. Como ya dijimos, esto nos animó a no visitar el Museo Diocesano situado frente a la catedral lo que nos permitió ganar tiempo para desplazarnos y contemplar otras zonas de la ciudad. A la salida del Museo, junto a la puerta de la capilla de Santa Catalina, y ocupando el viejo acceso a la misma, se halla una excepcional "Lamentación de Cristo Muerto", obra realizada en 1520, resto de lo que fue el Retablo Mayor de la Catedral.

Ya fuera de la catedral, nos dirigimos por la rúa Párroco Rodríguez Vázquez hasta llegar a la CAPILLA DE LA MISERICORDIA, edificada por orden de Felipe II a finales del siglo XVI para dar sepultura a los pobres y auxilio a los más necesitados. En 1656 se reedificó en el casco antiguo de la Villa, en el lugar que hoy ocupa. Es de planta rectangular y aspecto austero. Su retablo barroco está presidido por un gran cristo crucificado, cuya cruz vino de México cargada de monedas de oro en los tiempos que estaba prohibido el envío de este metal, como obsequio de los baioneses allí residentes para sufragar la reconstrucción del templo. En la capilla se guardan también varias imágenes, como la del Cristo de los faroles, la Virgen de los Dolores, Santa Isabel o la Inmaculada. El templo
Capilla de San Telmo
pertenece en patrimonio a la Hermandad de la Santa Casa de Paz y Misericordia, constituida en 1574 en honor de Santa Isabel. Esta Cofradía, la más antigua de Galicia. Por primera vez pudimos contemplar su interior, aunque no pudimos acceder al mismo ya que la reja que lo custodiaba se encontraba cerrada. A la derecha de esta capilla se abre una pequeña placito presidida por el
CRUCEIRO DE LA MISERICORDIA, que conforma uno de los lugares más melancólicos de la ciudad. Pasando esta plazuela y atravesando el túnel llegamos a la antigua calle de la Triparía en la que son numerosas las casas de los siglos XV y XVI que conservan en sus fachadas cruces de diferentes formas labradas sobre la piedra. Continuamos descendiendo los escalones hasta llegar a la CAPILLA DE SAN TELMO, único ejemplo del barroco portugués en Galicia. Está edificada sobre la casa donde murió este santo dominico allá por el siglo XIII. Se inició su construcción en 1769, aunque no se finalizó hasta 1803. Destaca su planta circular, su cúpula gallonada y los frescos de principios del XIX. Existe una cripta donde se conservar los restos de la antigua vivienda donde falleció el santo. La fachada está presidida por una escultura de San Telmo situada en el centro, estando a su izquierda, santo Domingo de Guzmán y a su derecha, San Vicente Ferrer, todos ellos dominicos. San Telmo nació en Frómista (Palencia) y murió en Tui, estando ambas ciudades hermanadas y teniéndolo las dos como patrón. Terminamos de descender la calle hasta llegar a la rúa de San Telmo donde se encuentra el antiguo COLEGIO Y CASA DE NIÑOS DE LA DOCTRINA, de mediados del siglo XVI. Fue uno de los primeros colegios-hospicios de España. En el siglo XVIII funcionó como Administración de Rentas. En el siglo XIX, conocida como Casa de la Garganta, por sus propietarios los Condes de Urbina, sería empleada como escuela y orfanato durante algunos años. Entre 1923 y 1928 fue escuela San José de los Maristas franceses en Tui, y llegó a contar con sesenta alumnos. Tiene un bonito escudo nobiliario por encima de la
Escaleras de la Triparía
puerta principal de la fachada. Frente a este antiguo colegio se abre una pequeña ventana que permite ver la cripta de la Capilla de San Telmo.  Continuamos camino por la derecha hasta llegar a las ESCALERAS DE LA TRIPARÍA, calle de origen medieval –actualmente rúa Entrefornos– que funcionaba como sumidero de los despojos de la antigua Triparía. Esta antigua calle gremial, la de los triperos, utilizaba los despojos de los animales a fin de elaborar sebo para velas y tripa limpia para los embutidos. La calle forma parte de los valores paisajísticos de la ciudad y es testimonio de su ocupación continuada a lo largo de los siglos. A poco pasos de aquí contemplamos la ajada fachada de la antigua CÁRCEL CAPITULAR, construida en 1611 en tiempos del obispo fray Prudencio de Sandoval. Estaba destinada a los canónigos catedralicios que cometiesen delitos graves, normalmente producto de los enfrentamientos entre obispos y canónigos. En este caso la cárcel de la calle Entrefornos buscaba ser la prisión exclusiva de dos canónigos tudenses judeoconversos, Francisco Coronel y Tomás de León Coronel, uno de los motivos de las denuncias e informes contra varias poderosas familias conversas residentes en Tui como los Coronel, los Sarabia o los Álvarez. Seguimos recreándonos en las vacías y silenciosas casas de granito de la rúa Sanz hasta pasar por delante de la CÁRCEL VIEJA, un complejo conjunto de edificaciones que van desde la antigua cárcel pública construida en 1584 al conjunto de edificaciones que servirán para la residencia de los jesuitas en la ciudad en 1723, cuando fundan la “Escuela de María” y la Capilla de la Congregación, derribada a comienzos del siglo XIX, cuyo solar se convirtió en patio. La expulsión de los jesuitas en 1767 y la desamortización eclesiástica de 1836 reconvertirán los edificios en viviendas hasta el siglo
Capilla románica
XX. La ruina y la reconstrucción a finales del siglo XX darán su aspecto actual. Unos metros más adelante llegamos de nuevo a la plaza de San Fernando, presidida por la inmensa mole de la catedral. Continuamos camino por la rúa Obispo Castañón hasta llegar a la conocida como CASA DE SALOMÓN, edificio del siglo XV que reproduce la tipología constructiva judía del centro y sur peninsular, con un patio interior que organiza la vivienda. Los patios se utilizaban en la tradición judía para festividades como el sucot o “fiesta de las cabañas”. Descendimos la pendiente calle hasta llegar de nuevo a la rúa de San Telmo y esta vez giramos a nuestra izquierda. Tras pasar bajo un arco, unos pocos metros más adelante nos encontramos con la fachada de la llamada CAPILLA ROMÁNICA, pequeña edificación promovida por cofradías medievales para la devoción de su patrón en el siglo XII. Se conserva la portada románica ornamentada con bolas en el chaflán. Su uso como vivienda se documenta a partir del siglo XV por la ruina del edificio tras la guerras feudales. Es probable que la capilla permaneciese ligada a una de las casas emparentadas que quedaban en su entorno. En Tui existían en la Edad Media varias capillas, como la de San Nicolás, San Martiño o la misma del Cuerpo Santo. Llegamos de nuevo a la Plaza de la Armada Española, donde antes reseñamos la conocida Casa da Vara y volvimos a subir la suave pendiente de la rúa Tyde, pasamos por delante de la llamada Torre do Xudío, pero esta vez no nos desviamos a la derecha sino que continuamos recto subiendo los desgastados y elevados escalones que nos iban a llevar a la PORTA DA TORRE, puerta de acceso al barrio de la Oliveira desde el norte. Construida por la reina Teresa de
Convento de las Clarisas
Portugal en 1125. Conocida como Torre Vella, pertenecía al conjunto defensivo altomedieval de la ciudad. Desde el siglo XVI quedaría integrada en el convento de las Clarisas. Desde aquí resulta evocadora la visión desde la rúa Oro con sus escalones de piedra perdiéndose paulatinamente en un abrupto descenso hasta la orilla del río Miño. El pasadizo abovedado que comunica el convento con la parte alta de la ciudad de Tui y la zona entre las murallas es un rincón secreto en la oscuridad de la noche lleno de historias y leyendas que se pierden en la lejanía de la historia. Cruzado el pasadizo llegamos a una explanada de dimensiones considerables donde se levanta el CONVENTO DE LAS CLARISAS –también llamado de las ENCERRADAS, en referencia a las monjas de clausura que lo habitan–, construido sobre los antiguos palacios episcopales y sobre la vieja iglesia románica de Santa María de la Oliveira entre los siglos XVII y XVIII. La iglesia actual, de finales del siglo XVII, corresponde a patrones clasicistas, se integra en el conjunto conventual que destaca por sus grandes proporciones y solidez constructiva. El templo contiene un hermoso retablo barroco del siglo XVII. A pocos metros, frente a la fachada de la iglesia se alza la CASA DOS CAPELLANES, casa-taller de tipología urbana medieval del siglo XV. Destacan las ménsulas que soportaban el alero del tejado. Representan a los primeros sacerdotes, Moisés y Aarón, que llevan al pueblo de Israel a la tierra prometida, otorgando su presencia el sentido de bendición a la casa. Aquí dimos por concluida la visita al casco histórico de Tui cuando pasaban algunos minutos de las doce y media. Nos dirigimos al coche porque aún nos
Peto de Ánimas
quedaba una visita muy importante e interesante, la de la IGLESIA DE SAN BARTOLOMÉ DE REBORDÁNS. Nos dirigimos por la rúa de Betanzos para continuar por la avenida da Concordia, giramos a la derecha por la rúa Calzada y de nuevo a la izquierda por la rúa de San Bartolomé que nos llevó hasta una explanada frente a la cual se encontraba la iglesia. Situada a las afueras de la villa, el templo tiene un gran interés por tres aspectos: como iglesia románica, por su situación como punto de paso del Camino de Santiago Portugués y además como lugar de importantes hallazgos de restos de época romana al estar levantado sobre una necrópolis bajo imperial. Frente a la iglesia se eleva majestuoso un cruceiro de 1770. En la columna destacan entre otras alegorías las figuras de San Pedro y San Bartolomé. En la cruz se representa a Cristo en una de las caras y en la otra a la Virgen con su hijo muerto. Al lado del cruceiro se ubica un elegante quiosco de música. Junto a la verja exterior se puede observar un Peto de Ánimas. Éstos eran pequeños santuarios ubicados en caminos, encrucijadas e iglesias gallegas, los cuales constituyen manifestaciones materiales del culto a los muertos y de la devoción a las ánimas. En este edificio establecieron su primera sede episcopal los obispos de Tui entre los siglos XI y XII. Pero todo nuestro gozo cayó en el síndrome de puerta cerrada. La iglesia estaba cerrada a cal y canto. La rodeamos exteriormente por la derecha y nos
Cruceiro de San Bartolomé
encontramos a un operario haciendo labores de limpieza y reparación en uno de los tejadillos laterales. Le preguntamos y nos informó muy amablemente que la iglesia solo abría en horario de misa, es decir, por la tarde. Volvía a tener de nuevo una excusa para volver a visitar Tui en los próximos meses. Subimos al coche y con la ayuda del GPS salimos a la carretera que nos iba a llevar de vuelta a Gondomar y nos iba a permitir tomar un par de cervezas frescas, tarea que nos habíamos ganado. Llegamos al piso pocos minutos antes de las dos de la tarde. La mañana había sido larga, placentera y fructífera.  

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