El pasado puente de Mayo hemos estado en la Carihuela. Ha hecho un tiempo sensacional y nos ha permitido pasear tanto por Torremolinos como por Málaga, donde nos desplazamos, en compañía de nuestros amigos holandeses Jacques y Sophie, a visitar el llamado "Cementerio Inglés" y el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de esta Ciudad.
Nos costó aparcar, ya que tuvimos que hacerlo en un parking cercano a la Plaza de la Merced y desde allí, nos fuimos andando en busca de nuestra primera cita.
Tenía ganas de visitar este espacio que recibe el nombre oficial de "Cementerio Anglicano de San Jorge". Se iniciaron sus obras en 1831, y es el cementario más antiguo de la península para cristianos no católicos. La entrada al cementerio es gratuita, aunque piden un donativo voluntario para el mantenimiento del mismo.
Es curioso pero hasta la creación de este cementerio, la muerte de un protestante en España suponía un problema muy serio puesto que no existia previsión para tal eventualidad. En Málaga, según nos contaron, no se podían enterrar de día los cadáveres de los no-católicos: había que llevarlos a la playa de noche, a la luz de las antorchas y eran enterrados de pie en la arena, dejándolos a merced de las olas y los perros.
Evidentemente, con la construcción de este cementerio, esta práctica desapareció, al menos en Málaga. Actualmente no se permite el entierro de cadáveres, aunque el cementerio sigue funcionando para el entierro de cenizas.
El paseo fue muy agradable, el día incitaba a ello. El cementerio es pequeñito y un poco caótico. Las tumbas se nos muestran allá y aquí con una cierta anarquía en su distribución. Destacan, entre otras, la de Mary Ann Plews (conocido el túmulo como "Annie", la de Robert Boyd, fusilado en las playas de Málaga junto al general Torrijos, la de la pequeña Violeta Pautard -encantadora-, las de cuatro militares ingleses muertos en la Segunda Guerra Mundial, etc.
Pero realmente el motivo de la visita era visitar la tumba de Jorge Guillén, excepcional poeta de la general del 27, y la de Gerald Brennan, "Don Geraldo" para los malagueños, hispanista inglés cuyo conocimiento sobre "lo español" superó a muchos de los nacidos en esta tierra.
Nos costó aparcar, ya que tuvimos que hacerlo en un parking cercano a la Plaza de la Merced y desde allí, nos fuimos andando en busca de nuestra primera cita.
Tenía ganas de visitar este espacio que recibe el nombre oficial de "Cementerio Anglicano de San Jorge". Se iniciaron sus obras en 1831, y es el cementario más antiguo de la península para cristianos no católicos. La entrada al cementerio es gratuita, aunque piden un donativo voluntario para el mantenimiento del mismo.
Es curioso pero hasta la creación de este cementerio, la muerte de un protestante en España suponía un problema muy serio puesto que no existia previsión para tal eventualidad. En Málaga, según nos contaron, no se podían enterrar de día los cadáveres de los no-católicos: había que llevarlos a la playa de noche, a la luz de las antorchas y eran enterrados de pie en la arena, dejándolos a merced de las olas y los perros.
Evidentemente, con la construcción de este cementerio, esta práctica desapareció, al menos en Málaga. Actualmente no se permite el entierro de cadáveres, aunque el cementerio sigue funcionando para el entierro de cenizas.
El paseo fue muy agradable, el día incitaba a ello. El cementerio es pequeñito y un poco caótico. Las tumbas se nos muestran allá y aquí con una cierta anarquía en su distribución. Destacan, entre otras, la de Mary Ann Plews (conocido el túmulo como "Annie", la de Robert Boyd, fusilado en las playas de Málaga junto al general Torrijos, la de la pequeña Violeta Pautard -encantadora-, las de cuatro militares ingleses muertos en la Segunda Guerra Mundial, etc.
Pero realmente el motivo de la visita era visitar la tumba de Jorge Guillén, excepcional poeta de la general del 27, y la de Gerald Brennan, "Don Geraldo" para los malagueños, hispanista inglés cuyo conocimiento sobre "lo español" superó a muchos de los nacidos en esta tierra.
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