Esta pequeña iglesia ha sido un descubrimiento casual
pues ni siquiera había oído hablar de ella. La noche anterior estuvimos en Vigo
compartiendo un magnífico y abundante churrasco en Casa
Serodio con Alfonso e
Irene, nuestros consuegros. De vuelta para Gondomar, decidimos tomar una última
copa en Panxón, de cuya iglesia votiva también hablaré algún día en este blog. Veníamos
hablando tranquilamente en el coche cuando se me presentaron como un flash
violento los tres ábsides de esta desconocida iglesia. Tras preguntar con
curiosidad por esta iglesia y documentarme mínimamente en internet sobre su
ubicación exacta y sus carácterísticas principales, decidí visitarla al día
siguiente ya que la distancia que nos separaba no superaba los doce kilómetros.
Fachada principal y cruceiro |